jueves, 14 de noviembre de 2013

Velocidad de Proyecto y Velocidad Específica

Espero que no, porque no está el tema para ir regalando dinero, pero me temo que en pocos días recibiré una "amable" carta de la DGT, y no precisamente para felicitarme las próximas navidades.

El caso es que iba circulando por nuestra querida A23, dirección Teruel (no voy a dar más datos, pero hay muchos casos similares en otros lugares). De repente, en mitad de una vía con velocidad legal de 120 km/h y algún tramo señalizado a 100 km/h de forma puntual, hay una curva señalizada a 60 km/h, cuya velocidad específica no sé exactamente cual es, pero que se puede tomar a 100 km/h de forma confortable, e incluso a 120 km/h sin acercarnos ni de lejos al límite de adherencia del coche. Y en mitad de la curva, había un radar móvil (coche de incógnito) en el arcén, rodeado de conos, en misión de caza.

Vaya por delante que yo soy un firme defensor de las normas de circulación, pero es que hay casos escandalosos.

Aclaremos algunos conceptos para los que no son del mundillo:
  • Velocidad específica (de un elemento del trazado): máxima velocidad que puede mantenerse a lo largo del elemento en cuestión, en condiciones de seguridad y comodidad suficientes, con el pavimento húmedo y los neumáticos y el coche en buen estado.
  • Velocidad de diseño: o velocidad de proyecto, es la mínima velocidad específica de los elementos del trazado en tramos homogéneos, es decir, eliminando los puntos singulares.
  • Velocidad legal: pues eso, la velocidad de las señales
Una norma fundamental en el diseño de carreteras es no disponer elementos en el trazado con velocidades específicas muy diferentes. Y ya para nota, además las velocidades específicas no deberían ser muy superiores a la velocidad legal.

En principio, no debería estar justificada una curva con una limitación de velocidad mucho menor que la velocidad específica, excepto en los casos, en que por mala visibilidad, incorporaciones o tramos de trenzado así lo aconsejen. 

En el caso que comento, seguramente está justificado porque hay varias incorporaciones cercanas y además la curva pasa por debajo de un paso superior que reduce bastante la visibilidad del final de la curva. En cualquiera de los casos, hay que ser "descerebrado", por no decir otra cosa para colocar un radar en mitad de la curva y encima decir que es en aras de mejorar la seguridad vial ¡vaya tomadura de pelo!

@ El Ingeniero del Futuro.

Un saludo


lunes, 11 de noviembre de 2013

Yo También Quiero un Plan PIVE

Hace unos días, escuchaba en la radio a sucesivos responsables relacionados con el mercado de la venta de automóviles, felicitándose por el ligero incremento mensual en la venta de automóviles. Me alegro mucho por los afortunados, pero como sigamos así, las carreteras estarán en tan mal estado, que en vez de vender coches, tendrán que vender tractores. 

Y es que yo no entiendo, el sentido que tiene subvencionar el consumo de forma directa, cuando parece más adecuado hacerlo con otras actividades que de forma indirecta aumenten el consumo por su efecto multiplicador y en consecuencia también la venta de coches. Pero es que hasta los más entusiastas defensores del liberalismo económico, hablan con verdadera pasión de estos planes de estímulo. Pues nada, que yo también quiero uno para mí, que también tengo derecho. La lista es interminable, rehabilitación de viviendas, mantenimiento y modernización de infraestructuras, eficiencia energética, y muchas otras.

Pero claro, ¿cómo va a invertir un gobierno ni siquiera de forma indirecta en algo que tenga que ver con la construcción?, si es el sector maldito, el culpable de todos los males, y sus integrantes, unos profesionales sin escrúpulos, capaces de vender su alma al diablo por un contrato.

Pues no, me niego, cada vez que circulo por una de nuestras carreteras, cruzo un puente, atravieso un túnel, me subo en un metro o tren, o abro un grifo en mi casa, me siento orgulloso, porque detrás hay mucho trabajo de grandes profesionales. Pero es que además, dejando al lado la componente emocional, muchos se olvidan de que las infraestructuras son necesarias para el desarrollo económico de los países y para la mejora del bienestar de las personas. 


@El Ingeniero del Futuro.

Saludos.





miércoles, 18 de septiembre de 2013

Ingeniería Social

Algunas veces, circulando por determinadas carreteras, uno se pregunta si realmente alguien, cuando se diseñaba o se construía, ha pensado en el sufrido conductor. Hay días en los que uno sale de casa con el firme propósito de cumplir cada una de las señales de tráfico, de comportarse como un conductor ejemplar. 

Los primeros kilómetros todo parece transcurrir con normalidad, adaptas tu velocidad a las sucesivas limitaciones, observas con atención los paneles luminosos, respetas de forma escrupulosa la distancia de seguridad, tratando de anticipar las maniobras, pero... de repente, en pocos metros te encuentras con una señal de curva a la izquierda, peligro desprendimientos, cuidado que puede cruzar un animal salvaje la carretera, velocidad máxima 80 km/h, prohibido adelantar, velocidad máxima 50 km/h, ceda el paso, peligro obras, máquina segando.... vamos, que ni Fernando Alonso es capaz de procesar tanta información.

Y eso por no hablar de los nuevos anuncios luminosos que han florecido en los márgenes de las carreteras de acceso a algunas ciudades. Me parece increíble que se hayan permitido.

La triste realidad es que las infraestructuras se proyectan y construyen pensando mucho en la normas y poco en el usuario final. Es cierto que es necesario cumplir con la normativa vigente, pero hay muchas maneras de hacerlo, y en la mayoría de casos no se tiene en cuenta al usuario, que además es el que las paga con sus impuestos.

En el mundo de la empresa, se ha evolucionado desde el primigenio concepto de orientación hacia la producción, pasando por la orientación a las ventas, orientación a los consumidores, orientación a la competencia, orientación al cliente y las más avanzadas finalmente hacia una orientación social.


Desgraciadamente en el caso de la ingeniería civil, en el mejor de los casos hemos llegado al tercer nivel, pero nos queda mucho camino por recorrer, así que es la  hora de dar un giro radical en su concepción, y el objetivo debe ser mejorar la experiencia del usuario. Todo un reto, en la situación actual, pero seguramente, una de las causas de la crisis del sector la podemos encontrar en la falta de orientación al cliente.

@El Ingeniero del Futuro.

Saludos.

jueves, 8 de agosto de 2013

Accidente de Santiago.

Recuerdo con exactitud el momento en el que me enteré, sentado frente al ordenador, escuchando la radio sin mucha atención, como tantas otras noches, con la voz de los tertulianos opinando sin saber, como tantas veces. Sin embargo, esa noche era diferente, después de los primeros momentos de confusión, el recuento de fallecidos parecía no tener fin.

Desde siempre, y probablemente de forma irracional, siempre me han impresionado mucho más los accidentes de ferrocarril que los de otros medios de transporte. Quizás, porque como para la mayoría de niños, los trenes formaban parte de nuestro universo infantil de juegos e ilusiones, o quizás simplemente porque hay días en los que uno tiene los sentimientos a flor de piel.

En los días sucesivos, leí y releí todas las noticias relacionadas, todas las opiniones técnicas, las innumerables tertulias que trataban del accidente, hasta tuve el atrevimiento de escuchar al Presidente del Colegio de Caminos, Canales y Puertos, dando su opinión al respecto, que por cierto me pareció bastante razonable.

Para mí, lo único que vale en un caso como éste, es que aquellos "que saben" analicen que ha pasado, propongan las medidas necesarias para que no se pueda dar un caso como éste es el futuro, se implanten estas medidas de forma sistemática, se difundan lo suficiente entre los técnicos, y finalmente si es el caso, que se depuren las responsabilidades. 

Lamentablemente, me temo, que en este, como en otros anteriores, lo que ocurrirá es lo siguiente: primero se depuran las responsabilidades de forma precipitada, luego se nombra una comisión de expertos, que emite un informe bastante ambiguo, para no molestar a nadie, luego se dice por parte de los responsables políticos que esto no volverá a ocurrir, y el resto no sabemos que pasa.

Nada me gustaría más que equivocarme en este caso, y que se hagan las cosas de forma diferente a otros accidentes.

Y en medio de este proceso, aparece un comunicado del Colegio de Caminos, no tengo muy claro con que objetivo, ni en representación de quién, como si los Ingenieros de Caminos como colectivo tuviésemos alguna responsabilidad en el accidente, y que crea una gran confusión entre todos los compañeros.

Con todo esto, no puedo dejar de pensar que el colectivo de Ingenieros de Caminos como tal, ha dejado de existir, las pocas cosas que nos unían ya casi no existen, mientras los unos tratan de salvar sus negocios, los otros hacen lo propio con sus privilegios, la mayoría huyen en busca de oportunidades laborales en otros países dejando atrás una gran parte de sus vidas, y otros tratamos de sobrevivir en un país que nos cierra cada vez más puertas. 

Y mientras tanto nadie vela por nuestro futuro, ni homologaciones de títulos, ni "soy máster europeo", ni nuevas oportunidades laborales, ni reciclaje profesional, ni nada que se le parezca. Somos los dinosaurios de nuestra era, arrasados por el meteorito de la "burbuja inmobiliaria", y sólo queda por certificar la fecha de desaparición de nuestra especie.


@El Ingeniero del Futuro.


Saludos.





martes, 18 de junio de 2013

Qué Gran Invento los Ordenadores

Una de las primeras personas que conocí al comienzo de mi vida laboral, me contaba sus primeros contactos con los ordenadores cuando empezaron a aparecer por las empresas constructoras. Primero por los departamentos técnicos y poco a poco por las oficinas de obra. Con su habitual gracia, me explicaba que cuando supo lo que era capaz de hacer un ordenador, tenía claro que harían falta muchas menos horas de trabajo para conseguir los mismos resultados y en consecuencia habría muchas más vacaciones para todos. Sin duda no se esperaba lo que estaba por venir.

La realidad es que los ingenieros se convirtieron en administrativos, delineantes y técnicos por el mismo precio, trabajando las mismas horas o más, reduciendo los plazos de entrega hasta lo impensable, y comenzando una loca carrera hacia ninguna parte.

Yo soy de los que siempre he defendido que los avances técnicos deberían habernos posibilitado mejorar nuestra calidad de vida, y en muchos ámbitos así ha sido, disponemos de mejores vacunas, vivimos más años y con mejor calidad, tenemos a nuestra disposición más y mejores alimentos, y productos de consumo. Sin embargo en el ámbito laboral hay algo que falla.

Los ordenadores y las nuevas tecnologías nos han facilitado mucho el trabajo como técnicos, pero no han mejorado nada nuestra calidad de vida. Se trabajan las mismas horas o incluso más, porque permiten poder trabajar a distancia, y el trabajo realizado no siempre es de mejor calidad.

Quizás el problema haya sido nuestro, que no hemos sabido emplear los medios a nuestro alcance de manera adecuada, seguramente por una formación deficiente en este aspecto. Es raro el día que no te llega un correo, con algún fichero de varios megas, que abres con ansiedad, esperando que sea la solución a los grandes problemas de la humanidad, y luego sólo contiene unas pocas líneas de texto, o algún fichero de autocad con innumerable capas antiguas, que se han ido "heredando" de sucesivas versiones del plano y que nadie ha depurado. Nos hemos acostumbrado a la gran velocidad de las comunicaciones y a la bajada de precio exponencial del espacio de almacenamiento, y hemos perdido los buenos hábitos.

Y que decir del e-mail, usado hasta el uso y abuso. Con copia en gran cantidad de correos que no deberías de recibir, que no puedes leer muchas veces, y que sobrecargan tu trabajo de forma innecesaria. Por no hablar del teléfono, ese "invento diabólico", que suena siempre en el momento más inoportuno para alterar tus planes de trabajo con "urgencias" de última hora, siempre al final de la tarde o del viernes.

En fin, creo que deberíamos reflexionar sobre esto.


@ El Ingeniero del Futuro.

Saludos.


lunes, 10 de junio de 2013

La Inflación de Títulos

El otro día, estuve leyendo una oferta de trabajo que decía algo así como:

"Se busca Ingeniero de Caminos con 20 años de experiencia en perforación de túneles en arcillas expansivas, bajo el nivel freático, en terrenos radiactivos, que tenga un nivel alto de inglés, francés, italiano y alemán, que domine programas de modelización mediante elementos finitos con una mano atada a la espalda y un ojo tapado. Se valorará MBA por una escuela de negocios de reconocido prestigio. Disponibilidad para residir en cualquier lugar del mundo, e incluso debajo de un puente si es necesario. Se ofrece un sueldo bruto anual de 25.000 €.... o lo que nos de la gana."

Aunque está un poco adornada, la realidad no era demasiado distinta. Esto me recordó lo que decía Ken Robinson en uno de sus famosas conferencias en TED, cuando hablaba de la Inflación de Títulos.

Esto no es ni más ni menos, que la pérdida de valor de la formación que estamos padeciendo de forma continuada desde hace ya bastantes años, lo que conduce a una continua carrera desesperada por "engordar" los curriculums de forma artificial y sin demasiada coherencia, para poder dar respuesta a ofertas de trabajo dónde se piden muchas veces cosas sin sentido.

En la situación actual, el responsable de selección para una determinada posición de alto nivel, recibe cientos de curriculums, cuando hace algunos años tenía que buscar de forma activa para disponer de un mínimo de candidatos cuyo perfil se asemejase en algo al pedido. Ante esta situación, es normal que en un primer vistazo se descarten muchos por no cumplir "estrictamente" el perfil, quedándose por el camino muchos buenos perfiles. 

Lo que parece más razonable, es que a partir de un determinado nivel de formación y experiencia, se busque más un perfil personal que profesional. Además, parece que los profesionales del sector de la construcción, muchas veces por desconocimiento no son demasiado valorados en otros sectores. Estamos hablando de  profesionales con una capacidad de aprendizaje y adaptación muy amplia, y que seguramente en muy poco tiempo, son capaces de desarrollar trabajos en los que no tienen experiencia previa, con una excelente curva de aprendizaje. Y sin embargo, la triste realidad es que cada vez hay más y más buenos profesionales, con una formación muy por encima de la media, y que están siendo expulsados del mercado laboral.

En fin, esto me temo que no tiene fácil solución, sólo espero que podamos reflexionar un poco.

@ El Ingeniero del Futuro.


Saludos.


sábado, 25 de mayo de 2013

Yo También Opino

El otro día, me sorprendo mucho revisando por encima la prensa diaria, al encontrar una noticia en la que se dice que el Colegio de Ingenieros Industriales, opina que el trazado propuesto por el Ministerio de Fomento para el túnel pasante del AVE no es el más adecuado, y proponen una alternativa, a su juicio más económica.

Me resulta curioso, porque yo la verdad es que no tengo suficientes elementos de juicio para emitir una opinión, quizás sea por exceso de prudencia. Es posible que ellos si lo tengan, pero de todas maneras, esta noticia, que pasaría por ser una anécdota sin importancia, refleja la costumbre que tenemos en este país de opinar de todo, tengamos o no conocimientos o información suficiente para ello.

Y es que, dentro de cada ciudadano que habita este país podemos encontrar un entrenador de fútbol o un médico, y por supuesto, todos sabemos cuando tiene que entrar Fernando Alonso a cambiar de neumáticos, y cual es el mejor trazado para una nueva carretera. Cuando esto queda dentro del ámbito personal no pasa nada, anima las conversaciones de café o discusiones entre amigos. Pero es que el problema es que cada vez con más frecuencia trasciende a la vida profesional, y todos nos atrevemos a opinar de casi todo.

Al final, lo que se intuye detrás de esta actitud es una falta de respeto enorme hacia la "cultura del conocimiento". 

Como decía el tango, Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador... ¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!. Lo mismo un burro que un gran profesor. No hay aplazaos ni escalafón, los ignorantes nos han igualao. Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, Rey de Bastos, caradura o polizón.

Es bastante triste, que dentro del ámbito técnico, nos hayamos convertido a modo de tertulianos de los que aparecen en los medios de comunicación en "opinadores profesionales". En la práctica habitual de nuestro sector, se menosprecian los proyectos y las opiniones de los expertos, cualquiera se siente con potestad para cambiar rasantes de obras viales, modificar soluciones constructivas o criticar estudios de soluciones, en busca del maná del "proyecto modificado", sacrificando la calidad de las obras en la mayoría de casos.

Es el momento de aprender de los errores, y sobre todo de escuchar a los que más saben, que normalmente son los que menos gritan y hablan en las reuniones.


@ El Ingeniero del Futuro.


Saludos.

martes, 14 de mayo de 2013

La Ley de Servicio Profesionales

Mucho se ha escrito sobre la futura Ley de Servicios Profesionales, desde que tuvimos conocimiento de los primeros borradores. Mucho ha llovido desde entonces, pero algo sigue igual, y es el oscurantismo que acompaña a casi todo lo que se hace en este país.

La liberalización de los servicios profesionales es algo que nos viene reclamando la Unión Europea, desde hace muchos años. Los argumentos que se esgrimen parecen razonables, sin embargo, los borradores que se han conocido no parecen convencer a nadie. La triste realidad es que con la habitual falta de combatividad de nuestro colectivo, me temo que seremos los que más perderemos.... como casi siempre.

En principio, en el último borrador que leído, el  artículo 3 parece impecable.

"El acceso y ejercicio de las actividades profesionales y profesiones será libre, sin más restricciones ni condiciones que las establecidas de acuerdo con lo previsto en esta ley. Salvo en los casos en que una Ley establezca una restricción de acceso de acuerdo con lo previsto en los artículos 5 y 6, se entenderá que los profesionales podrán realizar todas aquellas funciones o actividades que de acuerdo con su titulación o competencia específica, adquirida mediante formación o experiencia, puedan desarrollar, asumiendo en todo caso la responsabilidad correspondiente del resultado de su actuación profesional."

Sin embargo, a partir de aquí, lo que viene después ya no está tan claro. Con una colección de artículos que no especifican de forma clara las competencias de cada colectivo, parece claro, que hay ciertas profesiones, como las que tienen que ver con las ciencias de la salud, que deben tener una reserva de actividad, pero ¿qué pasa con el resto?.

La realidad, es que si analizas con frialdad los planes de estudio de las escuelas de ingeniería y arquitectura, no están para nada justificadas muchas de las trabas que existen en la actualidad.

Me parece de risa, pretender que un Ingeniero de Caminos, o Ingeniero Civil no pueda firmar el proyecto de  un adosado, sólo por el hecho de que la construcción está destinada a vivienda. Nadie puede discutir que tiene formación y conocimientos suficientes para hacer un diseño seguro y que cumpla con la normativa vigente. Otra cosa es que tenga sensibilidad para hacerlo más o menos bonito, o habitable. Pero eso es otro tema muy distinto.

En el fondo parece un poco cómico que podamos firmar el proyecto de un puente atirantado de 150 m de luz, o el de un ferrocarril de alta velocidad, o un metro, pero no podamos firmar el proyecto de un adosado. No parece lógico, y seguramente en condiciones normales la gran mayoría de proyectos de edificación serían firmados por arquitectos en cualquiera de los casos, porque no en vano, su formación es mucho mejor  en este campo.

Pero ojo, de igual manera, se puede argumentar que un Ingeniero Industrial podría firmar proyectos hasta ahora exclusivos de nuestra titulación, ya que siendo honestos, su plan de estudios lo justifica.

Yo no se que nos deparará el futuro, pero con independencia de ésta o otras leyes que vendrán, creo que caminamos hacia un futuro, dónde las titulaciones no faculten para nada, y dónde un sistema independiente sea el que juzgue la idoneidad "individual" de cada profesional. Posiblemente este sistema sea más duro y competitivo, pero también más justo. En este contexto, la existencia de asociaciones profesionales, no ligadas a las titulaciones, sino a la actividad profesional, serían los organismos fiscalizadores, al estilo de los modelos anglosajones.

¿Me gusta?. Pues no lo se la verdad. Pero mientras los arquitectos y los ingenieros de Caminos nos miramos de reojo, para ver quien arranca primero, es más que probable que nos adelanten por la derecha, e incluso por el arcén otros colectivos más acostumbrados a estas peleas.


@El Ingeniero del Futuro.

Saludos.

martes, 7 de mayo de 2013

Yo También Trabajo en la Construcción

Ya hace tiempo que cuando en una reunión dices que te dedicas al mundo de la construcción, todas las miradas se dirigen de inmediato hacia ti. Unos te miran con cierta condescendencia, otros con pena y muchos otros te observan con detenimiento, como si estuvieran ante un "malvado especulador", responsable de la famosa "burbuja inmobiliaria" que tantos problemas nos ha traído a todos.

La verdad es que muchas veces, te sientes un incomprendido, y te dan ganas de decir que trabajas de cajero en un supermercado o que te dedicas a la agricultura biológica, te refugias entre tus compañeros de profesión para lamentarte de los tiempos pasados, y disfrutas discutiendo con el albañil que te reforma el baño de casa, porque habla tu mismo idioma.

No creo que sea justo, la labor que hacemos y hemos hecho es de indudable valor para la sociedad, más que muchas otras que ahora abanderan los cambios del "modelo productivo". Y por si esto fuera poco, como pertenecientes al sector de los "apestados de la construcción", cuyo único futuro parece que se encuentra fuera de nuestro país, somos los más afectados por la falta de inversión en infraestructuras.

Porque hay una cosa que no llego a entender muy bien. Parece que podemos gastar cantidades ingentes de dinero en subvencionar planes para estimular la compra de vehículos nuevos, para mantener las producción de las plantas de fabricación del sector del automóvil, para recapitalizar los bancos y cajas, pero no podemos hacerlo en crear y mantener infraestructuras que mejoran las productividad de todos los sectores industriales, crean puestos de trabajo para personas que luego se compran coches, y aumentan el consumo, y además mejorando las cuentas de resultados de empresas que curiosamente tributan aquí, en su gran mayoría.

Y es que yo la verdad, cosas como el plan PIVE del automóvil, no las entiendo. ¿Qué sentido tiene subvencionar el consumo?. Quizás será porque yo no soy un gran economista, de esos que ni siquiera se ponen de acuerdo en explicar el pasado.


Espero que alguien me lo explique.


@El Ingeniero del Futuro.

Saludos.

domingo, 28 de abril de 2013

Yo También soy Máster Europeo

Desde hace unos meses, desgraciadamente, está tomando cada vez más protagonismo el ya viejo problema de la homologación de los títulos. En nuestro caso, luchamos porque el título de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos sea reconocido como algo más que un Grado en Ingeniería Civil.

Una de las iniciativas más serias en este sentido, de las que tengo conocimiento, está impulsada por Marta Serrano, con una gran labor en las redes sociales, para conseguir poner este problema en la agenda de los poderes públicos.


Porque no nos engañemos, la responsabilidad de no haber realizado este trabajo a su debido tiempo, es en primera instancia de los poderes públicos que tienen la capacidad política de hacerlo, de nuestra organización colegial, que debería haber velado por nuestros intereses, y en última instancia de todos nosotros por permitirlo.

Y como ya he dicho, este tema no es ni mucho menos nuevo, pero es ahora, cuando ante la coyuntura económica, cada vez más y más profesionales tienen que hacer las maletas, cuando nos topamos con la cruda realidad de que nuestro "querido" título no es tan valorado y apreciado como muchos pensaban.

Y es que nos habíamos creído los herederos de aquél Eduardo Torroja, cuyo libro "Razón y Ser de Los Tipos Estructurales" ha inspirado a tantos ingenieros estructurales o de un tal Jíménez Salas, autor de la trilogía "Geotecnia y Cimientos", hoy casi arqueología geotécnica, pero que todavía consultamos con cierta asiduidad, y de tantos otros que pusieron esta noble profesión al nivel que se merecía.

Pero las cosas, para bien o para mal, han cambiado mucho desde entonces, y nosotros, encerrados en nuestra torre de marfil, a modo de cárcel de lujo, hemos vivido ajenos a muchos de estos cambios. Guardando bajo siete llaves nuestro querido tesoro, sin dejar entrar a nadie, lo que hemos conseguido es perder la llave, y ahora, para poder salir tenemos que romper la cerradura.

Durante años hemos asistido impasibles a las fechorías, porque no tienen otro nombre, que han hecho las diferentes escuelas con el tema de las convalidaciones de otras titulaciones, y el colegio con las homologaciones de títulos. Porque normalmente estos caminos suelen tener dos direcciones, y en su momento, el reconocimiento recíproco nos hubiese ahorrado muchos problemas, y nos hubiese abierto muchas puertas.

Pero bueno, supongo que es momento de mirar al futuro, y tratar de solventar este problema lo mejor posible, siendo prácticos y directos.

La verdad, es que no tengo una opinión clara de cual es la situación actual, pero sí tengo claro que hay dos caminos que se deben explotar más:
  • Por una parte, deberíamos afrontar este problema de forma conjunta con el resto de titulaciones que tienen un problema similar.
  • Por otra, habría que insistir en el carácter especializado que tiene el último curso de la carrera en la mayoría de escuelas, porque el gran problema que afrontamos, es que un máster no tiene sentido que tenga un carácter generalista, nunca vamos a conseguir un reconocimiento de "máster en todo", seamos realistas.
En fin, espero que todo esto llegue a buen puerto, con la ayuda de todos.


@ El Ingeniero del Futuro. #soymastereuropeo


Saludos.


domingo, 17 de febrero de 2013

Mantenimiento, Atención Primaria y Educación.

A cuenta de lo que ha pasado últimamente con el viaducto de la A3 en el viaducto de Contreras, se me ocurre que este tema es bastante más difícil de analizar de lo que parece, y resulta extremadamente fácil terminar enumerando los mismos argumentos de siempre. 

Tampoco parece, dada nuestra situación actual, que sea el momento mas adecuado para hablar de estos temas, que pueden parecer casi un lujo. No obstante, sí creo que merece la pena reflexionar un poco.

Vaya por delante, que no tengo ni idea de lo que ha pasado en este caso en concreto, porque no tengo los datos suficientes para poder juzgar. Pero como soy bastante inconsciente a veces, me atrevo a decir que con un adecuado programa de vigilancia y mantenimiento, seguramente las consecuencias para los usuarios hubieran sido bastante menores. Me cuesta mucho creer que no se hayan manifestado signos de deterioro anteriores, que hubiesen podido permitir actuar antes.

Seguramente, gran parte del problema está ocasionado por la consideración del mantenimiento de las infraestructuras como un gasto y no como una inversión.

Hace unos días, en un programa de televisión, la opinión de una persona sobre el problema de la sanidad me hizo reflexionar bastante. A veces, una sola palabra produce en tu cabeza una reacción en cadena de consecuencias inimaginables; en mi caso, esta palabra fue "inversión". Este señor, hablaba de la atención primaria sanitaria como una inversión:

  • Porque reducía la duración y gravedad de las enfermedades.
  • Porque reducía el número y gravedad de las atenciones en urgencias.
  • Porque mejoraba la salud global de la población.
  • Desde un punto de vista puramente económico porque reducía el número de horas perdidas por enfermedad.
En definitiva, porque cada euro invertido en atención primaria, permitía a medio plazo reducir el gasto médico global en atención hospitalaria.

Algo similar parece suceder con el tema de la educación infantil. Tenemos cierta obsesión, en éste nuestro país, con la educación universitaria, como si fuese la solución a todos los problemas, y dedicamos muy poco tiempo y atención a los primeros años de la educación. Puede alguien hacerse una idea, por ejemplo, de la cantidad de dinero que se ahorraría nuestra economía, si los niños españoles terminasen la educación primaria, sabiendo leer y escribir perfectamente en algún idioma extranjero. El cambio sería radical en sus perspectivas laborales. ¿Y es esto imposible?... No, solo hace falta gastar dinero. Perdón, he dicho gastar, pero realmente sería INVERTIR.

¿Y por qué no lo hacemos?. Pues me temo, que sencillamente porque los resultados de todas estas políticas no se aprecian a corto plazo, y desgraciadamente, las decisiones políticas se toman pensando en obtener réditos inmediatos.

Pero volvamos al tema de las infraestructuras. Desgraciadamente, todos los días asistimos como espectadores y usuarios al progresivo deterioro de gran parte de nuestras obras públicas. Los efectos se empiezan a vislumbrar, pero será en los próximos años, cuando nos demos cuenta de la verdadera magnitud del problema. Una y otra vez asistimos a los efectos de la "economía del pobre", que por no gastar un euro en su momento se tiene que gastar dos cuando no toca.

Desgraciadamente, ni el mantenimiento, ni la prevención permiten cortar cintas ni dar grandes discursos.


@El Ingeniero del Futuro.


Saludos.

martes, 8 de enero de 2013

Flexibilidad Laboral

Cada vez que escucho, y últimamente es muchas veces, aquello de flexibilidad laboral me siento desconcertado. Yo supongo que se refieren a cosas como esta:

  • Me levanto a las cinco de la mañana, para coger un avión, o tren o coche, para llegar a una reunión de media hora, dónde encima me "atizan" por todos lados.
  • Llego a casa a la hora de cenar, día tras día,después de haber salido de casa cuando aún era de noche.
  • Hoy no puedo comer, no me da tiempo.
  • Hoy me tengo que quedar a dormir "a tomar por el culo" porque ha surgido un imprevisto en alguna obra.
  • Este fin de semana termino lo que tengo pendiente.
  • Por la noche en casa me lo miro y te digo algo mañana.
  • Mañana nos vemos a primera hora, total "sólo" son 300 km, un paseo en coche, y así puedo hablar por teléfono mientras intento que no se me olvide ninguno de los múltiples compromisos que he adquirido sobre la marcha.
  • Nos vamos de vacaciones en familia. sí, ya se, el teléfono no es de la familia, aunque a veces lo parece.
  • No llames después de las siete que ya no estamos.... que no, era broma, y si no me llamas al móvil.
  • Hijo, tú debes de ganar mucho con tantas horas extras. Qué no abuela, que yo cobro lo mismo todos los meses.
Pues esto desgraciadamente, es el día a día de cualquiera de los sufridos ingenieros de este país. ¿No es esto flexibilidad?.


Esta mañana, hablando con un ex-compañero de trabajo y buen amigo, me contaba la difícil situación que vive la empresa para la que trabaja, cobrando tarde y mal, e incluso no cobrando. ¿Esto también es flexibilidad laboral?

Yo creo que el problema debe ser otro.

@El Ingeniero del Futuro.

Saludos.