sábado, 25 de mayo de 2013

Yo También Opino

El otro día, me sorprendo mucho revisando por encima la prensa diaria, al encontrar una noticia en la que se dice que el Colegio de Ingenieros Industriales, opina que el trazado propuesto por el Ministerio de Fomento para el túnel pasante del AVE no es el más adecuado, y proponen una alternativa, a su juicio más económica.

Me resulta curioso, porque yo la verdad es que no tengo suficientes elementos de juicio para emitir una opinión, quizás sea por exceso de prudencia. Es posible que ellos si lo tengan, pero de todas maneras, esta noticia, que pasaría por ser una anécdota sin importancia, refleja la costumbre que tenemos en este país de opinar de todo, tengamos o no conocimientos o información suficiente para ello.

Y es que, dentro de cada ciudadano que habita este país podemos encontrar un entrenador de fútbol o un médico, y por supuesto, todos sabemos cuando tiene que entrar Fernando Alonso a cambiar de neumáticos, y cual es el mejor trazado para una nueva carretera. Cuando esto queda dentro del ámbito personal no pasa nada, anima las conversaciones de café o discusiones entre amigos. Pero es que el problema es que cada vez con más frecuencia trasciende a la vida profesional, y todos nos atrevemos a opinar de casi todo.

Al final, lo que se intuye detrás de esta actitud es una falta de respeto enorme hacia la "cultura del conocimiento". 

Como decía el tango, Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador... ¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!. Lo mismo un burro que un gran profesor. No hay aplazaos ni escalafón, los ignorantes nos han igualao. Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, Rey de Bastos, caradura o polizón.

Es bastante triste, que dentro del ámbito técnico, nos hayamos convertido a modo de tertulianos de los que aparecen en los medios de comunicación en "opinadores profesionales". En la práctica habitual de nuestro sector, se menosprecian los proyectos y las opiniones de los expertos, cualquiera se siente con potestad para cambiar rasantes de obras viales, modificar soluciones constructivas o criticar estudios de soluciones, en busca del maná del "proyecto modificado", sacrificando la calidad de las obras en la mayoría de casos.

Es el momento de aprender de los errores, y sobre todo de escuchar a los que más saben, que normalmente son los que menos gritan y hablan en las reuniones.


@ El Ingeniero del Futuro.


Saludos.

martes, 14 de mayo de 2013

La Ley de Servicio Profesionales

Mucho se ha escrito sobre la futura Ley de Servicios Profesionales, desde que tuvimos conocimiento de los primeros borradores. Mucho ha llovido desde entonces, pero algo sigue igual, y es el oscurantismo que acompaña a casi todo lo que se hace en este país.

La liberalización de los servicios profesionales es algo que nos viene reclamando la Unión Europea, desde hace muchos años. Los argumentos que se esgrimen parecen razonables, sin embargo, los borradores que se han conocido no parecen convencer a nadie. La triste realidad es que con la habitual falta de combatividad de nuestro colectivo, me temo que seremos los que más perderemos.... como casi siempre.

En principio, en el último borrador que leído, el  artículo 3 parece impecable.

"El acceso y ejercicio de las actividades profesionales y profesiones será libre, sin más restricciones ni condiciones que las establecidas de acuerdo con lo previsto en esta ley. Salvo en los casos en que una Ley establezca una restricción de acceso de acuerdo con lo previsto en los artículos 5 y 6, se entenderá que los profesionales podrán realizar todas aquellas funciones o actividades que de acuerdo con su titulación o competencia específica, adquirida mediante formación o experiencia, puedan desarrollar, asumiendo en todo caso la responsabilidad correspondiente del resultado de su actuación profesional."

Sin embargo, a partir de aquí, lo que viene después ya no está tan claro. Con una colección de artículos que no especifican de forma clara las competencias de cada colectivo, parece claro, que hay ciertas profesiones, como las que tienen que ver con las ciencias de la salud, que deben tener una reserva de actividad, pero ¿qué pasa con el resto?.

La realidad, es que si analizas con frialdad los planes de estudio de las escuelas de ingeniería y arquitectura, no están para nada justificadas muchas de las trabas que existen en la actualidad.

Me parece de risa, pretender que un Ingeniero de Caminos, o Ingeniero Civil no pueda firmar el proyecto de  un adosado, sólo por el hecho de que la construcción está destinada a vivienda. Nadie puede discutir que tiene formación y conocimientos suficientes para hacer un diseño seguro y que cumpla con la normativa vigente. Otra cosa es que tenga sensibilidad para hacerlo más o menos bonito, o habitable. Pero eso es otro tema muy distinto.

En el fondo parece un poco cómico que podamos firmar el proyecto de un puente atirantado de 150 m de luz, o el de un ferrocarril de alta velocidad, o un metro, pero no podamos firmar el proyecto de un adosado. No parece lógico, y seguramente en condiciones normales la gran mayoría de proyectos de edificación serían firmados por arquitectos en cualquiera de los casos, porque no en vano, su formación es mucho mejor  en este campo.

Pero ojo, de igual manera, se puede argumentar que un Ingeniero Industrial podría firmar proyectos hasta ahora exclusivos de nuestra titulación, ya que siendo honestos, su plan de estudios lo justifica.

Yo no se que nos deparará el futuro, pero con independencia de ésta o otras leyes que vendrán, creo que caminamos hacia un futuro, dónde las titulaciones no faculten para nada, y dónde un sistema independiente sea el que juzgue la idoneidad "individual" de cada profesional. Posiblemente este sistema sea más duro y competitivo, pero también más justo. En este contexto, la existencia de asociaciones profesionales, no ligadas a las titulaciones, sino a la actividad profesional, serían los organismos fiscalizadores, al estilo de los modelos anglosajones.

¿Me gusta?. Pues no lo se la verdad. Pero mientras los arquitectos y los ingenieros de Caminos nos miramos de reojo, para ver quien arranca primero, es más que probable que nos adelanten por la derecha, e incluso por el arcén otros colectivos más acostumbrados a estas peleas.


@El Ingeniero del Futuro.

Saludos.

martes, 7 de mayo de 2013

Yo También Trabajo en la Construcción

Ya hace tiempo que cuando en una reunión dices que te dedicas al mundo de la construcción, todas las miradas se dirigen de inmediato hacia ti. Unos te miran con cierta condescendencia, otros con pena y muchos otros te observan con detenimiento, como si estuvieran ante un "malvado especulador", responsable de la famosa "burbuja inmobiliaria" que tantos problemas nos ha traído a todos.

La verdad es que muchas veces, te sientes un incomprendido, y te dan ganas de decir que trabajas de cajero en un supermercado o que te dedicas a la agricultura biológica, te refugias entre tus compañeros de profesión para lamentarte de los tiempos pasados, y disfrutas discutiendo con el albañil que te reforma el baño de casa, porque habla tu mismo idioma.

No creo que sea justo, la labor que hacemos y hemos hecho es de indudable valor para la sociedad, más que muchas otras que ahora abanderan los cambios del "modelo productivo". Y por si esto fuera poco, como pertenecientes al sector de los "apestados de la construcción", cuyo único futuro parece que se encuentra fuera de nuestro país, somos los más afectados por la falta de inversión en infraestructuras.

Porque hay una cosa que no llego a entender muy bien. Parece que podemos gastar cantidades ingentes de dinero en subvencionar planes para estimular la compra de vehículos nuevos, para mantener las producción de las plantas de fabricación del sector del automóvil, para recapitalizar los bancos y cajas, pero no podemos hacerlo en crear y mantener infraestructuras que mejoran las productividad de todos los sectores industriales, crean puestos de trabajo para personas que luego se compran coches, y aumentan el consumo, y además mejorando las cuentas de resultados de empresas que curiosamente tributan aquí, en su gran mayoría.

Y es que yo la verdad, cosas como el plan PIVE del automóvil, no las entiendo. ¿Qué sentido tiene subvencionar el consumo?. Quizás será porque yo no soy un gran economista, de esos que ni siquiera se ponen de acuerdo en explicar el pasado.


Espero que alguien me lo explique.


@El Ingeniero del Futuro.

Saludos.