miércoles, 22 de febrero de 2012

Las Empresas del Futuro


Bonito nombre ¿verdad?, quizá sea un poco ambicioso, pero tengo bastante claro como se configurará el mercado de la construcción en este país los próximos años.
Realmente, creo que sólo es necesario hacer un ejercicio retrospectivo y analizar qué ha ocurrido en otros países de nuestro entorno con anterioridad. Olvidémonos de la tan “famosa” crisis financiera, y miremos hacia adelante, para no perder el tren en los próximos años, cuando el panorama mejore.
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La mayoría de los países de nuestro entorno europeo más cercano (exceptuando Portugal), vivieron unos años de actividad máxima en la construcción de infraestructuras después de la Segunda Guerra Mundial, lo cual era perfectamente lógico, dado el nivel de destrucción que sufrió Europa, pero progresivamente, el mercado se fue reduciendo, hasta alcanzar un cierto nivel de equilibrio, condicionado por el aumento de la población, el mantenimiento de las infraestructuras existentes y la creación de otras nuevas siguiendo el proceso técnico (trenes de alta velocidad, centrales de ciclo combinado, energías renovables, metros, etc..)
En consecuencia, el mercado de construcción tuvo que equilibrar y ajustar sus niveles de producción a la nueva situación, en parte reduciendo su tamaño, y en parte buscando el trabajo fuera. La gran diferencia con lo que nos ha pasado a nosotros, es que este cambio se pudo realizar de forma más progresiva y menos traumática. Y ¿cómo se produjo este cambio?. 

La búsqueda del equilibrio a largo plazo en un mercado maduro, obligó a las empresas a reducir sus  costes fijos medios, y esto se consiguió de dos maneras, por una parte, haciéndose cada vez más grandes para poder afrontar retos mayores en el exterior, y por otra haciéndose cada más pequeñas y especializadas para ganar en competitividad en el mercado interior.

Hasta aquí nada nuevo, pero si nos detenemos un poco más, podremos darnos cuenta que se produjo una tercera "vía", que consistió en en reducir los costes fijos medios no sólo cambiando el tamaño de la empresa, sino también modificando la estructura de la misma lo que favoreció la proliferación de "empresas tecnológicas", es decir, empresas que desarrollan, comercializan y ejecutan una determinada tecnología, bien como subcontratistas o directamente para el cliente final.


Siguiendo este modelo, ¿que pasará en nuestro país?.

Capítulo 1: Las empresas constructoras.

¿Qué empresas funcionaran en este nuevo escenario?.
Sin lugar a dudas, por un lado las grandes corporaciones de construcción (no es necesario dar nombres), que tienen la capacidad de movilizar medios técnicos y humanos para poder hacer una obra en cualquier sitio del mundo, por compleja que sea, cubriendo todo el proceso completo, es decir, proyecto, planificación, construcción, y si es necesario, explotación y financiación. Y por otra lado, las empresas de construcción “pequeñas” y muy especializadas, que empleen medios y tecnología propia.


Además, existen gran cantidad de empresas de “tamaño medio”, de ámbito regional e incluso nacional, que normalmente carecen de un departamento técnico solvente, y de equipos de producción con la suficiente experiencia, que se han convertido en meros “gestores” de obra, y que han crecido a la sombra de “favores políticos”. Su futuro es desaparecer… sí lo siento, no es mi intención fastidiar a nadie, pero ¿que valor añadido aportan estas empresas al mundo de la construcción? muy poco en mi opinión.

Así pues, en el futuro, el mercado estará compartido entre las empresas especializadas, que actuarán como subcontratistas de las grandes constructoras, y a su vez ejecutarán obras directamente cuando el porcentaje de su especialidad sea mayoritario, y las constructoras tradicionales, cuyo futuro es recuperar parte del protagonismo perdido durante los años de la “gran locura”.

De las primeras el mercado está bien servido. En cuanto a las empresas tecnológicas, si bien su número a crecido bastante durante las últimas décadas, no debemos olvidar que muchas de ellas son meros representantes comerciales de tecnologías alemanas y francesas, y muy pocas tienen su origen en tecnología nacional.

¿Con esto que quiero decir?, que durante las próximas décadas, el futuro del mercado nacional de la construcción se debe basar en el desarrollo de nuevas tecnologías (procedimientos de construcción, nuevos materiales, métodos de diseño, etc..), que nos permita ganar en competitividad en el mercado mundial.


@El Ingeniero del Futuro.


Saludos.

jueves, 16 de febrero de 2012

Un Poco de Humor

Hola a todos, desde mi época de becario en Ferrovial, de vez en cuando me acuerdo del “Decálogo de las fases de un proyecto”. Siempre me ha hecho mucha gracia, y es real como la vida misma. Hay varias versiones, pero yo me quedo con esta.

1.- Optimismo general.
2.- Fase de desorientación.
3.- Desconcierto general.
4.- Período de cachondeo incontrolado.
5.- Búsqueda implacable de culpables.
6.- Sálvese quien pueda.
7.- Castigo ejemplar a los inocentes.
8.- Recuperación del optimismo perdido.
9.- Terminación inexplicable del proyecto.
10.- Condecoraciones y premios a los no participantes.



@El Ingeniero del Futuro.


Saludos.

jueves, 9 de febrero de 2012

Una de Cal y una de Arena


Como todo no van a ser malas noticias, os contaré algo distinto. En mi último viaje a Alemania, una visita al Deutches Museum de München, me hizo recordar porque me gustaba tanto la ingeniería civil.

Es un museo de la ciencia y la técnica realmente espectacular, pero lo que más me impresionó fue la sección dedicada a la construcción. Las maquetas que tienen expuestas son increíbles, hasta un tramo de una viga en cajón de un puente tienen metida en la sala.

Os pongo algunas fotos de las maquetas que más me impresionaron.

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Las maquetas están recreadas con mucho detalle, especialmente las referidas a construcciones del pasado, resaltando lo importante que resulta el conocimiento del pasado para afrontar el futuro.

Yo la verdad desconozco si aquí tenemos algo por el estilo. Si alguien conoce alguna colección de ingeniería civil digna de mención en España, que me lo haga saber. Por cierto, que lo más gracioso del tema, es que la sala dedicada a nuestra profesión es una parte muy pequeña del museo, así que podéis imaginar como es el resto de las colecciones.

Antes de terminar, me gustaría destacar algo que reflejan todas las fotos. En ingeniería civil es fundamental el trabajo en equipo, la organización y la planificación. Pero sobre todo, en esta época que nos ha tocado vivir, dónde los cambios se suceden a una velocidad enorme, no olvidemos, que el conocimiento de la historia de nuestra profesión nos permite aprovechar el conocimiento y el trabajo de muchas personas, y evitar repetir errores. Como decía uno de mis mentores en este trabajo, es importante aprender “sin gastar dinero”, de los aciertos de otros, y sobre todo de los errores. Esto parece que no está de moda, pero a mí me apasiona.

Por cierto, aunque puede que no venga al caso, estaría bien que superásemos nuestro tradicional miedo al fracaso, tan común en este país. De los errores y fracasos se aprende tanto o más que de los éxitos, así que me gustaría que alguna publicación técnica de esas de autobombo, publicase alguna vez un artículo, desarrollando algún fracaso “didáctico”.

Os dejo el enlace de la página oficial del museo, por si alguien quiere más información.

http://www.deutsches-museum.de/


@El Ingeniero del Museo.


Saludos.

lunes, 6 de febrero de 2012

El Mercado Laboral


Qué pereza me produce hablar de este tema…. Pero lo cierto es que merece una reflexión. Indudablemente como cualquier otra mercancía o servicio, el mercado laboral se puede interpretar de forma más o menos acertada mediante los principios que se estudian en microeconomía, pero la realidad es que este mercado se aleja mucho de lo que se considera un mercado de concurrencia perfecta.

En estos momentos la oferta de puestos de trabajo (me refiero a los puestos técnicos para los que es necesario un determinado título) es muy reducida, dista mucho de ser transparente, ya que muchos puestos se cubren sin siquiera hacerse públicos, y todavía no ha alcanzado el equilibrio.

Una de las consecuencias de la disminución del número de ofertas es inmediata: la disminución de los sueldos, la mayor competencia por los puestos, etc. Esto es inevitable, y es algo con lo que debemos aprender a convivir los próximos años. El cambio se tiene que producir en nosotros, no en el mercado, y desgraciadamente, los Ingenieros Civiles en España, tenemos mucho retraso con respecto a otras profesiones, que o bien ya sufrieron estas transformación hace muchos años, o bien, ni siquiera vivieron nunca una situación de esplendor con tasas de paro casi testimoniales.

Siento ser tan crudo, pero… ser Ingeniero de Caminos lo único que significa es que has tenido que cursar unos estudios muy duros, y que se te puede presuponer una capacidad de aprendizaje muy grande, pero… nada más, de verdad, el resto hay que demostrarlo.

En nuestra “ pequeña burbuja” pensábamos que éramos distintos a los demás. Veo todos los días comentarios de compañeros, desde la frustración, en los que se insiste una y otra vez en lo mismo, pero por favor, ¿de verdad alguien piensa que el resto de profesionales están peor preparados que nosotros?, pues no, repito no, depende de cada persona, un título no asegura nada, es sólo una etiqueta. ¿Injusto? puede, pero que yo sepa nadie es Ingeniero de Caminos por obligación, ni en la matrícula se incluye un seguro de desempleo. Todo los demás hay que ganárselo.

Hace unos días asistí a un debate en las redes sociales sobre las ofertas de trabajo de sueldos muy bajos. A mí también me indigna, pero.. la empresas maximizan su beneficio, todos lo sabemos, y lo practicamos. Pero hablar de “listas negras” de empresas o cosas por el estilo, cuando hay gente que necesita un empleo de forma desesperada me parece de risa.

Existen dos caminos para solucionar esto, intervenir en la oferta (limitando el acceso a las titulaciones) o dejar que el mercado se regule sólo, que lo hará por supuesto, ya que en los próximos años la afluencia a las escuelas de toda España será menor, seguro.

Quizás la primera opción sea la más razonable, o no, no lo tengo claro, pero eso choca con el concepto de Universidad, que es un sitio dónde se imparten conocimientos, no una agencia de empleo. Ahora bien, es un “lujo tremendo” el dinero que el estado gasta en formar a más profesionales de los necesarios.
Ninguna solución es perfecta, ya que si pones un límite de acceso, como ha existido durante mucho tiempo, yo me pregunto, ¿qué pasa con la gran cantidad de aspirantes que no han conseguido una plaza después de dedicarle varios años al intento?.

En fin, desconozco la mejor solución, pero si tengo claro que o lo solucionamos desde dentro o el mercado lo solucionará, y seguramente de forma más traumática.

Ah, por cierto los Ingenieros de Caminos hace mucho tiempo que dejamos de ser un grupo homogéneo, si alguna vez lo fue, que podía ejercer presión a la manera de un lobby, os recuerdo que estamos integrados en un mercado con libre circulación de profesionales.
Saludos.

@El Ingeniero del Futuro

Saludos.

jueves, 2 de febrero de 2012

El Principio de Todo

 
El otro día fue el cumpleaños de mi hijo mayor, cinco años,.. como pasa el tiempo. Su regalo fue una grúa sobre orugas, con pluma de celosía, de LEGO.
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Ya ha pasado una semana, y todavía no tengo claro si le gustó más a él o a mí, pero desde que la montamos entre los dos, hay varias preguntas que no paran de rondar por mi cabeza:
¿Dónde perdí la ilusión  por este trabajo?
¿Por qué soy ingeniero?
 
Cuando era pequeño y veía una obra, me quedaba embobado mirando las máquinas, y me parecía el trabajo más maravilloso del mundo, cuando tenía cualquier cosa en la mano, no paraba hasta que la desmontaba para saber como funcionaba, eso me parece lo más parecido a una vocación.

Lo peor de esta situación que estamos viviendo, es que está destrozando las vocaciones y las ilusiones de muchos.
 
Estamos viviendo momentos difíciles en el terreno profesional, el mercado está cambiando de forma acelerada, y tenemos dos opciones: seguir mirando al pasado, con añoranza por un tiempo que ya no volverá, o bien mirar hacia el futuro y participar en las transformaciones que está empezando a sufrir nuestra profesión.

En este modesto blog trato de reflexionar sobre el presente de nuestra profesión y anticiparme al futuro.

Más adelante habrá tiempo para hablar de la formación, de los colegios profesionales, de las competencias  y de todo lo que me venga a la cabeza, o que alguien me quiera sugerir.
Saludos.

@El Ingeniero del Futuro

Saludos.