lunes, 17 de diciembre de 2012

Yo de Mayor Quiero ser Tertuliano

Pues sí, la verdad es que me parece un trabajo bastante curioso el de tertuliano. 

No hace mucho, cuando nos creíamos libres, y pensábamos que nuestras opiniones también lo eran, aborrecíamos el trabajo de los críticos musicales, de cine o literarios, y ahora, sin embargo, existe un nuevo tipo de profesional de la comunicación, que no es que de su opinión sobre un tema que conozca en profundidad, sino que se permite el atrevimiento de opinar sobre casi todo.

La verdad, es que cuando tienes la radio de fondo, te llegas a acostumbrar, y hasta te parece natural que opinen de cualquier tema, sin embargo, cuando de repente comienzan a hablar sobre algo que tú conoces en profundidad, salta la alarma, y te das cuenta de la cantidad de tonterías que se pueden decir en tan poco tiempo. En realidad, inmediatamente te das cuenta que lo más probable es que el resto de temas los traten con la misma falta de rigurosidad.

No hay nada malo en escuchar a otras personas dando su opinión, si esto te hace reflexionar, sin embargo, mucho más preocupante es cuando tu opinión sólo se forma con "retales" extraídos de otras opiniones. Y desgraciadamente me parece que cada vez nos cuesta más tener una opinión propia y original. Parece como si la única opción fuese elegir entre alguna de las disponibles, y no pudiésemos pensar por nosotros mismos.

Yo animo a todos a pensar sin miedo, a elegir con libertad, y sin miedo al futuro.

Por cierto, retales de la realidad de nuestro país (no apto para estados de depresión)

Having-a-job-no-longer-guarantees-a-paycheck.


No es que el New York Times nos tenga manía, es que esta es la España real, y no la que cuentan en las tertulias. Pero no hay que desanimarse, todavía podemos estar peor, sólo hace falta tiempo.



@ El Ingeniero del Futuro.


Saludos.








sábado, 8 de diciembre de 2012

Sobre Óscar Niemeyer

Ayer me levanté con la triste noticia de la muerte de este gran arquitecto. Afortunadamente el mundo ha podido disfrutar de su genialidad durante 104 años, pero nunca es suficiente cuando hablamos de personajes únicos como él.

Siempre se le ha considerado un arquitecto de izquierdas, si eso en realidad quiere decir algo. Yo más bien lo definiría como un arquitecto social, centrado en el servicio a la sociedad, más que en el servicio a él mismo, sus proyectos se centraban en las personas, en ser útiles, y no en pasar a la posteridad.

Esto, que tanto nos sorprende, debería ser lo normal, pero desgraciadamente no es así. Dentro de este pequeño ecosistema, que formamos todos los que nos dedicamos a la construcción, personajes como él, deberían inspirarnos a todos. Este pequeño "mundo del ladrillo" está formado por muchos profesionales con titulaciones y formación muy variadas, entre los que se encuentran los Arquitectos (con sus diferentes apellidos), y los Ingenieros de Caminos, de Obras Públicas, y Civiles. Los que trabajan con clientes privados, normalmente tienen las cosas muy claras, pero aquellos cuyo cliente suele ser del ámbito público suelen olvidar con demasiada frecuencia quien paga los proyectos y a quien sirven realmente. 

Sí, los ciudadanos con sus impuestos, y no los políticos ni los técnicos de la administración, son lo que pagan  las "obras públicas", y a ellos nos debemos. Esto lo hemos olvidado con demasiada frecuencia, y ahora estamos en parte pagando por ello. Hemos vivido de espaldas a la sociedad y ahora recibimos su indiferencia.

Por esto, siempre he pensado que el título de Ingeniero de Caminos tenía un nombre muy espectacular pero que no reflejaba demasiado el carácter de la profesión, mucho más bonito me ha parecido siempre el de Ingeniero Técnico de Obras Públicas y sobre todo el de Ingeniero Civil de otros países.

Y toda esta divagación no tiene nada que ver en absoluto con la reciente polémica sobre la homologación del título de Ingeniero de Caminos, pero como decía hace un par de semanas, he decidido ser totalmente sincero y liberarme de ataduras. Así que ahí va: ME IMPORTA UNA MIERDA si mi título lo convalidan con un grado, grado+master, de ingeniería civil, de chapa y pintura o de fontanería, no creo que ese sea el verdadero problema. Creo que todo esto nos lo tenemos bien merecido, y por lo que veo, no hemos aprendido nada. Seguimos con lo mismo de siempre

Suerte a todos lo que están en esa lucha, pero ya no es la mía. Por cierto, estoy convencido que Óscar Niemeyer hubiese sido un gran arquitecto, con o sin título.


@El Ingeniero del Futuro.


Saludos.




lunes, 26 de noviembre de 2012

Reflexiones Sobre el Futuro

Como habrán podido observar los que visitan de cuando en cuando este humilde Blog, y a los cuales estaré siempre agradecido por ese tiempo que me dedican a leer mis divagaciones existenciales, llevo más de dos meses sin escribir nada. Y realmente no ha sido por falta de tiempo, más bien, este paréntesis ha sido fruto de un período de reflexión.

El problema, realmente lo ha provocado una sensación creciente de apatía hacia todo lo que tenía que ver con lo que ha sido mi profesión durante los últimos doce años, harto de escuchar malas noticias, y de ver el futuro sin esperanza.

Ya lo decía en la entrada que escribí después del verano. He decidido ser FELIZ, no pensar demasiado en el futuro y disfrutar el presente, ese que se marcha a pasos de gigante mientras nos lamentamos por lo que fue, o por lo que pudo ser. Tengo claro que mi futuro laboral o algo que se le parezca no estará ligado al mundo de la construcción, pese a que me siga apasionando. Buscaré otro lugar dónde mis conocimientos y experiencia sean bien apreciados, y si no lo encuentro, lo crearé, y la ingeniería seguramente pasará a un segundo plano en mis intereses.

La verdad es que este blog nació con la idea de hablar del mundo de la construcción desde un punto de vista diferente, y la realidad es que a partir de ahora, mi visión del mundo en general ocupará la mayor parte del espacio.

Hasta ahora no me he atrevido a expresar mis opiniones con absoluta claridad, escondido muchas veces detrás de lo "políticamente correcto". Pero la verdad, creo que ha llegado el momento de hacer algo más por cambiar esta situación, creo que se lo debemos a las generaciones futuras. Les vamos a dejar un mundo peor que el que nos dejaron a nosotros nuestros padres, es nuestra responsabilidad colectiva tratar de mejorar la situación, y no podemos seguir mirando para otro lado, esperando que los problemas se solucionen solos.

Agradezco de todo corazón vuestras sugerencias.



@ El Ingeniero del Futuro.


Saludos.



domingo, 16 de septiembre de 2012

Recuerdos del Pasado

Esta tarde, he estado corriendo un rato, algo poco original, a juzgar por el tráfico de individuos sudorosos que me he cruzado. Como he sido un poco optimista me he alejado bastante de casa, y a la vuelta he pasado por delante de la Universidad Politécnica de Valencia. Es impresionante, porque el número de edificios ha crecido en los últimos años de forma proporcional al número de titulados en paro. Vaya contradicción.

La verdad, será porque ya me hago mayor, pero siento nostalgia de aquella universidad que conocí en los primeros años de la década de los noventa, con grandes espacios verdes, un poco aislada del resto de la ciudad, habitada por personajes en permanente estado de ansiedad. Ahora se ha convertido en algo parecido a una ciudad dormitorio. Y encima, al otro lado de la calle, la competencia (sí, la universidad de Valencia, para los que no lo sepan) ha plantado su colmena particular, con lo que el efecto se magnifica todavía más.

Y es que entonces, la Universidad de Valencia nos parecía algo místico, habitada por chicas con minifalda que se maquillaban para ir a clase, y encima, tenían la mala costumbre de aprobar los exámenes sin tener que vender su alma al diablo. Al final, será justicia divina o algo por el estilo, pero la inexplicable superioridad con la que algunos se referían a las carreras "de letras" todavía tiene hoy menos sentido, cuando el mercado laboral con su implacable dictadura, está dando un "baño de realidad" a los sufridos poseedores de titulaciones técnicas.

Pero volviendo al tema de la Universidad Politécnica de Valencia, no debemos olvidar que durante muchos años, a modo de inmobiliaria improvisada, se ha dedicado a dilapidar los ingresos obtenidos, en construir un edificio tras otro, a cada cual más espectacular, mientras que los recursos educativos, laboratorios y personal docente, se quedaban anclados en el pasado. Mi sensación es que se han desperdiciado muchos recursos. Esta universidad fue durante una época, una referencia importante en lo que a carreras técnicas se refiere, y  desgraciadamente, entre luchas intestinas, egoísmos profesionales y disputas entre escuelas, se ha convertido en un "fábrica" de titulaciones, colaborando de forma activa, a lo que Ken Robinson denomina "inflación de títulos".

De todas maneras, no me hagáis demasiado caso, seguramente es la nostalgia del que entra de lleno en los cuarenta años.


@El Ingeniero del Futuro.


Saludos.





miércoles, 12 de septiembre de 2012

Ya Estoy de Vuelta

Bueno, pues  después de unas semanas bastante desconectado, ya estoy de vuelta. Realmente no han sido unas vacaciones de verdad, de esas en las que te olvidas de todo, en realidad, han sido unos días de reflexión, de búsqueda de oportunidades.

Y seguramente muchos os estaréis preguntando si he sacado algo en claro después de este tiempo de reflexión. Pues, esto... NO, la verdad es que no. Sigo buscando mi camino y por momentos continúo desorientado. Pero, si tengo claro una cosa, no voy a gastar ni un minuto más de mi tiempo en hablar de la crisis, de sus causas, y de las posibles soluciones, la gota que colma el vaso de mi paciencia, finalmente ha caído. Y ya no hay más.

Creo que hay que destruir todo y volver a empezar desde cero. El sistema no funciona, está corrompido desde la base, y su único objetivo es perpetuarse, a costa de lo que sea, incluso de sus propios integrantes. Y porque creo que una sociedad mejor y más justa es posible, mi propuesta es que comencemos nuestra propia revolución personal.

Yo ya he empezado, y la verdad es que me siento bastante liberado, ya no miro hacia atrás, lamentándome de lo que pudo haber sido y no fue, quiero recuperar el gusto por las pequeñas cosas que me hacen feliz todos los días, me da igual si mi vida está aquí o en la otra parte del mundo, me da igual si diseño puentes o construyo carreteras, si cultivo tomates o fabrico cajas de cartón, pero será lo que me haga feliz, porque el verdadero éxito profesional y personal es hacer lo que a uno le gusta.

Vivimos en una sociedad que nos educa desde pequeños para no poder ser felices, porque siempre estamos buscando, esperando, deseando algo. Una  sociedad mejor se tiene que empezar desde abajo, y los cimientos en este caso son la educación de nuestros hijos, los adultos del mañana.

Os dejo el enlace de una de las charlas de Ken Robinson, creo que merece la pena dedicarle unos minutos.


Para los que no lo conozcan TED organiza de forma periódica charlas sobre diversos temas con un enfoque bastante original.

@ El Ingeniero del Futuro.

Saludos.

lunes, 30 de julio de 2012

Carta a los Futuros Ingenieros Civiles

Esta carta está dirigida a esos chicos y chicas que ya han decidido que quieren ser Ingenieros/as de Caminos, o mejor Ingenieros/as Civiles, que me gusta más, a los que lo están pensando, e incluso a los que todavía les quedan unos pocos años para tener que decidirlo.

Me refiero a aquellos chicos y chicas que poco a poco, irán apareciendo por las distintas universidades dónde se imparten estos estudios, con cara de despiste, pero con la suficiencia que proporciona el tener toda la vida por delante.

Finalmente, habéis marcado la casilla que corresponde a estos venerados estudios, algunos lo habéis decidido después de una larga meditación, otros los sabíais desde hace mucho, y los hay también que lo habéis decidido en el último momento o simplemente circunstancias ajenas han decidido por vosotros. En cualquiera de los casos, los motivos poco importan, porque ahora tendréis la posibilidad de descubrir si vuestra elección ha sido la adecuada.

Con la autoridad que me proporciona acercarme a los cuarenta, cuando ya hace casi quince años que abandoné la Ilustre Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, me permito daros un consejo, o mejor una recomendación: no perdáis el tiempo, tenéis que estudiar, viajar, vivir, conocer gente, aprender idiomas, pero sobre todo, lo más importante de todo, es que tenéis que descubrir qué es lo que más os gusta, aquello a lo que no os importa dedicarle las veinticuatro horas del día. Puede ser esta carrera o sólo una parte de ella, o puede ser otra, o incluso hasta descubrís que ni siquiera os gusta demasiado estudiar. En cualquier caso,l os mejores son lo que hacen lo que les gusta, sea lo que sea, y esta carrera no es una excepción.

Si durante los próximos años descubrís que no os gusta, no lo dudéis, sea cuando sea, nunca es tarde para cambiar, para perseguir vuestro sueño. El fracaso más grande, es no ser capaz de descubrir lo que a uno más le gusta. Y la peor frustración es no dedicar la vida a lo que te hace más feliz. Recibiréis presiones, de vuestros padres, de vuestros amigos, de la sociedad, pero nada importa, vuestro futuro está en juego, y nadie tiene derecho a opinar.

No os engañaré, son malos tiempos para esta noble profesión, pero por otra parte, también es el momento de las verdaderas vocaciones, de recuperar la ingeniería como servicio a la sociedad, que es y será siempre necesaria.

Durante los próximos años conoceréis a muchos profesores, buenos, malos y regulares, de todos podéis aprender algo. Los habrá que intentarán poneros piedras en el camino, e incluso desanimaros, seguramente pasaréis por muchos momentos de frustración y de desanimo, pero todo ello os ayudará a madurar. Antes de llegar al final del camino, tenéis que descubrir si ésta es vuestra verdadera vocación, todo un reto. El expediente no importa, los años perdidos tampoco, lo que importa es encontrar el camino... Mucha suerte a todos.


@El Ingeniero del Futuro.


Saludos.









lunes, 2 de julio de 2012

Los Coeficientes de Seguridad en Geotecnia

Hoy voy a hablar un poco de los coeficientes de seguridad. Vaya tontería pensaréis algunos, pues... os aseguro, que aunque todo el mundo habla de ellos, no todos comprenden de verdad lo que suponen.

Este concepto, en realidad lo utilizamos todos los días en nuestra vida diaria, muchas veces incluso sin darnos cuenta. Cuando conducimos, siempre nos guardamos nuestro margen de seguridad al frenar o al tomar una curva (salvo que seamos Fernando Alonso), intentamos no terminar el mes con nuestra cuenta a cero (difícil en estos tiempos), e incluso en nuestra vida profesional cuando damos opiniones, o previsiones, siempre nos guardamos un pequeño margen (o por lo menos lo intentamos). ¿Y por qué hacemos esto?. Pues ni más ni menos que por las indeterminaciones, es decir, para cubrirnos en caso de imprevistos.

De este concepto de indeterminación (de cargas y de características de los materiales) arranca el uso de coeficientes de seguridad en ingeniería, y en consecuencia, cuanto más grande sean las incertidumbres, mayores serán los coeficientes empleados. A lo largo de la historia, se han empleado diferentes enfoques para introducir la seguridad en los cálculos, evolucionando desde los métodos en tensiones admisibles hasta los métodos estadísticos, pero en esencia hablamos de lo mismo.

Una de las disciplinas de ingeniería que tiene mayores incertidumbres es la geotécnia, y en consecuencia, dónde se usan unos coeficientes más elevados, a veces rozando lo absurdo,  fruto de unas normativas muy anticuadas.

A lo largo de mi vida profesional me he encontrado con técnicos, cuya formación hacía suponer unos conocimientos suficientes del tema, pero que hacían verdaderas barbaridades.

Desde el que utiliza los coeficientes por punta y fuste para reducir la longitud de los pilotes o sobrecargarlos a su antojo, hasta el que adopta los parámetros del terreno que más le interesan en cada caso. Pero sin lugar a dudas, el caso que más me impactó fue el de un supuesto "experto en geotecnia" que hizo gastar a su cliente más de lo que era razonable, alegando que el terreno tenía variabilidad y aplicando un coeficiente propio (como sí el terreno fuese homogéneo en algún caso).

Estos casos son anécdotas, pero reflejan errores muy comunes:
  • Pensar que los coeficientes de seguridad que se emplean en geotecnia, son tan holgados que "no pasa nada" si cambiamos lo que nos convenga.
  • Que los coeficientes de seguridad indican el margen de seguridad real que tiene la estructura.
  • Que el criterio del proyectista es más importante que el de cientos de ingenieros que han participado en la elaboración de las normas y reglamentos, o los que los han sancionado con la práctica profesional durante muchos años.
  • Confundir el coeficiente de seguridad con el coeficiente de "acojone" que podemos adaptar a nuestros gustos o según nuestro estado de ánimo particular.

Un último consejo: cuidado con los redondeos, no se trata de afinar los cálculos hasta el segundo decimal, pero sí, de ser un poco estrictos, porque los coeficientes de seguridad ya son suficientes.



@ El Ingeniero del Futuro

Saludos

lunes, 11 de junio de 2012

Las Mejores Universidades

Hace unas semanas se publicaron los últimos rankings de las mejores universidades en varios periódicos. Hasta los autobuses de la EMT de Valencia llevan una publicidad recordando que la UPV forma parte de las 100 mejores universidades "jóvenes". Parece que es un tema de moda, ahora que nuestro sistema educativo está en entredicho. Yo no me considero capacitado para juzgar si  están o no a buen nivel, pero sí para contar mi experiencia.

Quizás yo sea un idealista, pero uno de los mayores problemas de nuestras universidades es la falta de vocación del profesorado. Impartir formación no puede considerarse un trabajo más, ya que las repercusiones de un mal trabajo por parte de un profesor, son mucho más dañinas de lo que nos creemos. Los hay que destrozan vocaciones y crean profesionales inseguros y frustrados. También tenemos los que enseñan conocimientos del siglo pasado (me refiero al XIX no os vayáis a creer) con la excusa de que son muy didácticos. Los hay, que durante toda su trayectoria docente, han sido incapaces no ya de publicar un libro, que sería lo normal, sino siquiera de poner a disposición de los alumnos unos apuntes de su asignatura aprovechables.

Vayamos a lo fundamental: ¿cuántos profesores de universidad tienen vocación?. Yo contesto el primero: muy pocos. Es más, a la gran mayoría, los alumnos les suponen una molestia, una peaje que tienen que pagar para poder llevar a cabo sus otras actividades.

Y es triste, me duele mucho decirlo, pero después de pasar por seis cursos en la  Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos, puedo contar con los dedos de una mano (y me sobran algunos dedos) los profesores de verdad que he tenido, esos que te transmiten conocimientos, te guían en tu aprendizaje, que disfrutan de verdad dando clase, en definitiva profesores con vocación. Y no creo que sea por falta de conocimientos técnicos, más bien es por falta de conocimientos pedagógicos y motivación.

Seguramente en la selección de personal, reside uno de los problemas, en lo criterios de selección. No conozco ningún baremo de selección dónde se prime, o simplemente se valore cualquier aspecto que tenga que ver con la formación docente.

El resultado, es que las escuelas técnicas imparten una formación con muchas carencias en el fomento del trabajo en equipo, la capacidad de investigar e innovar, la formación en idiomas, y muchos otros aspectos en lo que claramente somos deficitarios.


@El Ingeniero del Futuro.


Saludos.


jueves, 17 de mayo de 2012

Yo También Estoy Indignado

Pues sí, yo también estoy indignado, y no me apetece hablar de ingeniería:

Estoy indignado por la cantidad de amigos y conocidos que lo están pasando realmente mal, indignado por la cantidad de talento y formación que se está desaprovechando, pero sobre todo, estoy indignado por la gran cantidad de mentiras y falsedades que algunos han conseguido que formen parte de nuestra realidad cotidiana.

Primera falsedad: nos hemos endeudado porque hemos querido vivir por encima de nuestras posibilidades.
Cualquiera que tenga un poco de interés y busque los datos, se dará cuenta que el endeudamiento de los hogares en España se ha mantenido por debajo del endeudamiento medio de la zona euro hasta el año 2.001. ¿Qué paso entonces? Pues muy sencillo, la entrada del Euro en funcionamiento, y algo más unos tipos de interés muy bajos, porque a la Europa central le interesaba para reactivar su economía. Con este panorama, la semilla de la "burbuja inmobiliaria" comenzó a florecer en nuestro país, alimentada por la entrada de dinero procedente del resto de la Unión Europea. ¿Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades?. Pues no, es imposible técnicamente hacerlo. Lo que hemos hecho ha sido aprovechar las posibilidades del sistema, y ahora nos toca nuevamente adaptarnos a la nueva situación. No me parece nada irresponsable.

Segunda falsedad: España tiene un problema de endeudamiento público.
No, de ninguna manera, el endeudamiento público era de los más bajos de los países desarrollados antes del comienzo de la crisis, y aún hoy después de lo que ha pasado, sigue siendo moderado con respecto a otros países como Japón, Estados Unidos o Italia por ejemplo.

Tercera falsedad: Nuestro sistema sanitario es insostenible.
Gran mentira, porque nuestro sistema de salud, además de ser de gran calidad,  tiene uno de los costes por habitante más bajos de Europa. ¿Qué pasa entonces?. Pues que habrá que gastar el dinero de los impuestos mejor y eliminar todas las ineficiencias del sistema, que las hay y muchas. 

Cuarta falsedad: Los servicios públicos son deficitarios y hay que privatizarlos.
Pues claro que son deficitarios, que tontería, por algo son servicios públicos. Ya me explicará alguien como puede ser rentable un servicio como el metro, si incluimos los costes de amortización de la construcción. Es de locos. Pero si tenemos en cuenta los beneficios sociales y de desarrollo económico a largo plazo, de difícil valoración, claro que son rentables.

Quinta falsedad: La culpa de la crisis la tienen los políticos por derrochar.
La mayor mentira de todas. En efecto lo han hecho, y lo siguen haciendo, pero porque los ciudadanos se lo permitimos y no les pedimos responsabilidades. El poder lo debemos recuperar los ciudadanos, si dejamos que el miedo nos paralice, nos tendrán dominados.


En el fondo, me da la sensación de que existe un corriente de opinión (el lado oscuro de la fuerza), cuyo objetivo es hacer que nos sintamos culpables, para poder convencernos de que el sistema económico-social que ha proporcionado a Europa el mayor período de prosperidad y bienestar es insostenible. ¿Con qué objetivo?, pues no lo sé la verdad, espero que alguien me proporcione alguna pista.

Saludos.

@ El Ingeniero del Futuro.

martes, 8 de mayo de 2012

Tiempo de Valientes

Vivimos tiempos muy complicados para todos, pero siendo honestos, siempre hay personas que están mucho peor que nosotros. Últimamente, la burbuja en la que vivimos a causa de la crisis económica, quizás nos haya hecho olvidar que mucha gente sigue necesitando ayuda.

Afortunadamente, siempre hay personas y organizaciones que dedican sus vidas a ayudar a los demás. Sin embargo, una de las consecuencias de la actual crisis económica y de valores que sufrimos, es la disminución de los fondos que los gobiernos dedicaban a disminuir las desigualdades sociales y ayudar a los más desfavorecidos, lo que está poniendo en serias dificultades muchas buenas iniciativas, y el trabajo y dedicación de grandes personas.

Estoy seguro que todos estamos muy sensibilizadas con lo que significa la ayuda social, sin embargo, están los que simplemente piensan que alguien lo hará, los que hacen lo poco que pueden, y luego están los que son capaces de dar un paso más, de arriesgarse y de hacer algo por mejorar este mundo. Quizás la mayoría, desde nuestro escepticismo, hemos abandonado el sueño utópico de crear un mundo mejor, pero afortunadamente todavía existen personas valientes.

A mí y a muchos otros, nos falta la valentía o determinación suficientes para dar un paso al frente, así que por lo menos intento poner mi "granito de arena" dando a conocer iniciativas como la que os presento. Hay muchas otras, algunas muy buenas, y todas cargadas de buenas intenciones, pero como yo conozco ésta un poco más de cerca, me siento obligado a darla a conocer.

Recordar que el mundo se cambia desde abajo, gastando tiempo y dinero en educación y en los niños, que serán los adultos del mañana.


El Preventorio Infantil Nuestra Señora del Amparo.


Blog de Eoghan Ryan



Saludos.

@ El Ingeniero del Futuro.


miércoles, 2 de mayo de 2012

Un Poco de Economía Básica

No hay día que no nos levantemos escuchando en la radio, o leyendo en alguno de los periódicos nacionales al periodista de turno, soltando sus habituales y por otra parte nada originales ideas, acerca del cambio de modelo productivo y del derroche que según ellos hemos realizado los últimos años en la construcción de líneas de alta velocidad.

Vaya por delante, que me estoy empezando a cansar de esta actitud tan española, de ensalzar hasta el infinito los pequeños logros patrios, cuando todo marcha bien, para pasar, sin solución de continuidad a ridiculizar hasta extremos indecentes cuando las cosas no funcionan. Seamos serios, ni una cosa ni la otra.

El famoso cambio de modelo productivo, que dicho así queda como muy "de moda", no es para nada un concepto sencillo, ya que está plagado de interrelaciones entre condiciones culturales, sociales y geográficas de un país, y no es algo que unos señores sentados en sus despachos puedan cambiar por su cuenta. Pero es más, es que no está claro que sea necesario cambiarlo. No parece muy lógico, que pretendamos de la noche a la mañana hacer algo, que no hemos hecho en décadas y además hacerlo mejor que otros países que nos llevan generaciones de ventaja. No creo que pretendamos hacer la competencia a Alemania fabricando maquinaria pesada, a Inglaterra como centro financiero, a Suiza fabricando relojes y chocolate o a Mónaco haciendo vete tú a saber que.

Realmente, no hay nada de malo en vivir del turismo, de la construcción y de la exportación de los productos que siempre se han fabricado en este país, lo que sí hay que hacer es apoyar a estos sectores, para que sean cada vez más competitivos. No es de recibo, que Italia comercialice el aceite de Jaen, que nuestras fábricas de inyección de plástico fabriquen jardineras, sillas y mesa de "diseño italiano", y parte de nuestro vino viaje a Francia y Alemania para etiquetarse y venderse. Y lo que me parece más increíble es que legiones de camiones viajen por toda Europa para abastecer los mercados centrales de medio continente, con un transporte tan poco eficiente.

Pero vayamos por partes. Como ya es sabido desde hace mucho tiempo, una de los condicionantes  necesarios para el desarrollo de una industria competitiva es la existencia de una red de transporte eficiente. Y en un país con las características montañosas del nuestro, y con la ausencia de transporte fluvial, es fundamental el desarrollo de una red de ferrocarril eficiente, tanto para el transporte de mercancías como para el de pasajeros.

Os podéis imaginar lo que supondría para el turismo, la agricultura, la industria azulejera, jugetera y del calzado, si existiese una línea de alta velocidad que conectase todo el arco mediterráneo con el centro de Europa, y de paso con el centro del país. Un verdadero sueño.


Sin embargo, hemos tardado demasiado en acometer las obras de modernización de la red ferroviaria, y valga el juego de palabras, hemos perdido el tren. ¿Dónde está "el corredor mediterráneo"?, una infraestructura tan básica.Ahora de forma apresurada nos entran las prisas y empezamos a inventar cosas como el "tercer raíl". En su momento, y da igual el color político, se apostó en exceso por el transporte por carretera, y llenamos el país de autovías, autopistas y rotondas. A simple vista podía parecer una buena idea, pero ahora nos estamos dando cuenta de los enormes costes de mantenimiento de estas infraestructuras, y de lo difícil que resulta repercutir estos costes a los usuarios.

Por otra parte, otro de nuestros grandes sectores productivos, es la construcción como todos sabemos. Un sector que puede llegar a ser muy competitivo, cuando ejecuta proyectos en el exterior. Pero, no nos engañemos, somos competitivos cuando salimos al exterior de forma organizada, es decir, cuando las empresas internacionalizan los equipos de trabajo. Por contra, me parece una idea nefasta, desmontar las estructuras productivas existentes para internacionalizar a nuestros técnicos en forma de "comandos" 

Pero una vez más, hemos empezado tarde, y es una verdadera pena, que se pierdan tantos profesionales y especialistas (no me refiero a la mano de obra no cualificada) y se le obligue a reconvertirse de forma apresurada. Parece que los profesionales de la construcción somos los nuevos "leprosos", y nuestros dirigentes se avergüenzan de nosotros.

Por cierto, por si alguien lo duda, la recuperación económica sólo puede venir de la mano del turismo.


@El Ingeniero del Futuro.


martes, 24 de abril de 2012

Elecciones al Colegio de Caminos

"Habemus Junta de Gobierno"

Bueno, pues parece que finalmente ha ganado la candidatura Santamera-Loureda, en las elecciones a la Junta de Gobierno del Colegio de Caminos. Instalado en mi escepticismo, siento decirlo, pero no espero nada nuevo. Ya en su momento expresé mi opinión sobre la situación del colegio y sus posibilidades de futuro, e incluso tuve el atrevimiento de identificarme de alguna manera con una de las candidaturas.

Sin embargo, mi desconfianza no proviene del programa de la candidatura ganadora, que me parece bastante razonable, todo sea dicho de paso, en muchos de los puntos, sino de la duda de si tendrán la valentía necesaria para acometer los cambios necesarios e imprescindibles, que esta noble institución necesita con urgencia.

Vivimos nuevos tiempos, tiempo de cambios y de nuevos paradigmas, pero también tiempo de recuperar viejos valores. Es necesario refundar el sistema desde abajo, desde el principio y con humildad. No demos nada por supuesto. Si algo nos está enseñando la situación actual es que estábamos equivocados, que las estructuras que considerábamos intocables no lo eran tanto.

El Colegio de los nuevos tiempos, tiene que ser capaz de integrar en una misma institución las necesidades tanto de los ingenieros expertos, como de los nuevos ingenieros y de los estudiantes, de los parados y de los activos. Tiene que ser la referencia de la ingeniería civil en España, pasando por encima de ideas políticas. Debe servir al colegiado y no servirse a si mismo. Y debe de mejorar por encima de todo la comunicación, con los colegiados y sobre todo con el resto de la sociedad.


Como me ha enseñado alguien muy cercano (él ya sabe quién es), lo importante no son las ideas sino la forma de desarrollarlas. Así pues, me mantengo a la expectativa, pero quiero recordar a los ganadores de las elecciones, que éste colectivo no puede sufrir más decepciones, que necesita poder ver luz al final del túnel, y a ellos les ha tocado encabezar la revolución.

Sólo me queda desearles suerte, porque la tarea es dura.

Saludos.

@El Ingeniero del Futuro.


martes, 17 de abril de 2012

Recuperando la Ilusión

Una de las cosas que más me sorprendieron cuanto tuve mi primer contacto con el mundo laboral, fue la gran distancia que existía entre el mundo académico y la práctica profesional. Desgraciadamente, parecía que nada de lo aprendido servía en el mundo real, dónde los intereses económicos y políticos primaban por encima de los criterios técnicos. Un mundo dónde los proyectos modificados y de liquidación tenían todo el protagonismo, y el buen hacer de los técnicos quedaba en segundo plano.

En ese momento, la obligación de todo contratista que se preciase, consistía en analizar el proyecto en busca de errores y omisiones, olvidándose la mayoría de las veces del espíritu del documento original. Nadie se leía las memorias de los proyectos para conocer la motivación y espíritu del diseño propuesto, y directamente empezaban por el presupuesto y las mediciones.
Desde el punto de vista del ingeniero proyectista, lo proyectos se redactaban para "cumplir el expediente", para servir de base a una licitación, pensando que el futuro contratista lo iba a modificar totalmente, y que en el fondo todo daba un poco igual. Muchas veces se acompañaban de estudios de soluciones totalmente manipulados, con el fin de justificar una solución "política". Los datos de partida la mayoría de las veces eran insuficientes y conducían a resultados equivocados, lo pliegos se copiaban de unos proyectos a otros sin revisarse y adaptarse.

Durante muchos años, hemos dejado que la vorágine que hemos vivido y la manipulación de las decisiones políticas, nos lanzase unos contra otros, enfrentando a dos mundos de la ingeniería que en el fondo deberían trabajar de forma conjunta. Los ingenieros proyectistas asumieron que los contratistas eran profesionales sin ningún tipo de ética ni conocimientos técnicos, que habían olvidado todo lo aprendido en sus años de formación y cuya única misión consistía en ganar todo el dinero posible, engañando si hacía falta, sobornando en caso necesario. Por su parte, desde las constructoras se menospreciaba la labor de los proyectistas, ridiculizando los documentos redactados, resaltando hasta la saciedad los errores y realizando cambios técnicos, la mayoría de las veces sin tener en cuenta los criterios del proyecto original.

Y en medio de la batalla, las direcciones de obra y empresas de asistencia técnica como jueces de red en un partido de tenis, permitiendo a veces, cambios totalmente injustificados para que el contratista pudiese salvar económicamente la obra y otras veces negándose de forma irracional a modificaciones técnicas irrelevantes que podrían simplificar la ejecución de la obra.

El catálogo de aberraciones no tiene fin, si el proyecto de una carretera tiene mucho terraplén, yo bajo la rasante porque no tengo un buen precio de relleno, y no importa que unos señores hayan estado meses tratando de encajar una rasante analizando múltiples variables como drenaje transversal y longitudinal, compensación de tierras, visibilidad, etc..y de paso cambio la sección de firme, porque no me gusta, pero no pasa nada. Que en el proyecto vienen una empotramiento determinado de los pilotes, yo como director de obra me empeño en que se cumpla hasta el último centímetro, aunque el terreno perforado sea doscientas veces más duro que el supuesto en el proyecto (por cierto que los sondeos de proyecto no llegaban tan profundo), y ya tenemos al sufrido contratista perforando un empotramiento sin fin. 


Yo no me quiero posicionar en ninguno de los lados, creo que todos teníamos nuestras razones y nuestras motivaciones, pero, esta noche he tenido un sueño, un nuevo mundo en el que los proyectos se redactaban de forma que utilizaban los recursos de forma eficiente, se podían ejecutar con unos medios razonables y a un coste proporcionado, teniendo en cuenta los costes de mantenimiento y sobre todo, que cumplían su función adecuadamente. En este nuevo mundo, las empresas constructoras ejecutaban las obras de acuerdo al espíritu del proyecto, aportaban su experta opinión para mejorarlo y se solucionaban los imprevistos con la colaboración de todos.Un mundo en el que los ingenieros eran los protagonistas, sus opiniones eran más importantes que las decisiones políticas.


De vuelta a la realidad, una de las pocas cosas buenas que nos puede traer la situación actual, es poder recuperar la ilusión por el trabajo bien hecho, recuperar el respeto por los buenos proyectos, y las buenas obras. Es nuestra obligación y nuestro futuro poder trabajar entre todos en la misma dirección, y recuperar el prestigio de esta noble profesión.

Para finalizar me tomo la libertad de hacer una adaptación libre de los versos de Calderón de la Barca, porque en el fondo, la ingeniería no es más que una religión de hombres honrados.

Saludos.

@El Ingeniero del Futuro.


miércoles, 28 de marzo de 2012

El Colegio de Caminos

Desde la semana pasada, estoy recibiendo vía correo ordinario, y también a través del correo electrónico, las diversas propuestas electorales de los grupos que se presentan a las elecciones para la Renovación de la Junta de Gobierno y del Consejo General del Colegio de Caminos. http://www.ciccp.es/

La verdad, es que cada vez que pago la cuota correspondiente, me pregunto ¿para que?. Quizás será culpa mía, pero en mis 11 años como colegiado, me ha servido para muy poco. Siempre he tenido la sensación de que el Colegio es como el administrador de mi edificio: nunca sabes si trabaja para los que le pagan o para  él mismo.

El Colegio de Caminos, para el que no lo conozca, es ese organismo con unas sedes impresionantes, unos gastos de funcionamiento desproporcionados y anclado en el pasado, cuyo objetivo principal parece el de perpetuarse y sobrevivir, más que servir a los colegiados, que en definitiva son sus clientes.

Siempre me ha dado la sensación de que funciona "a remolque" de los acontecimientos, sólo hay que ver los cursos y la formación que ofrecen. Últimamente, parece que se han dado cuenta de que el mercado de profesionales de ingeniería civil en nuestro país está tan mal, que la única manera de sobrevivir es la internacionalización, y se dedican a ofrecer cursos de idiomas acelerados e información sobre los diferentes destinos, como si fuesen la agencia de viajes de la esquina. Casi nada, llegan una década tarde. La obligación de un colegio profesional debería ser anticiparse a los acontecimientos.

Por no hablar del servicio de empleo, ya ni me acuerdo desde cuando no se publica una oferta en condiciones. Se echa de menos una participación más activa en la generación de oportunidades profesionales. Su papel como agencia de empleo tampoco ha sido muy bueno, ni siquiera ha conseguido servir como cauce de referencia en la contratación de profesionales de la ingeniería civil.

Hay cosas que no dejan de sorprenderme, como por ejemplo, que en la memoria de actividad del año 2.010 (la más reciente disponible), en la estadística del número de colegiados, se sigue separando entre colegiados hombres y mujeres. También podríamos separar entre rubios y morenos, altos y bajos, pero... es que no entiendo cual es el objetivo.  Hombre, cosas como estas parecen del siglo pasado, quizás no tiene demasiada importancia, pero es un símbolo.

De todas maneras, para mí lo peor con diferencia es la sensación permanente de que es una institución cuya mirada está puesta siempre en el pasado: menciones honoríficas, homenajes, defensa de privilegios pasados, mecanismos de comunicación totalmente desfasados...La presencia en redes sociales y medios de comunicación es prácticamente inexistente. La realidad es que nadie nos conoce, y desgraciadamente no pasa demasiado tiempo sin que tenga que explicarle a alguien cual es el trabajo de un ingeniero civil. 

No entiendo como se puede defender una profesión de esta manera. Creo que es necesario un cambio de enfoque drástico, en el mundo en el que nos toca vivir es fundamental la orientación hacia el mercado, es decir, hoy es necesario "venderse", y hacerlo muy bien, por eso, me parece que cosas como las revistas profesionales se deberían de enfocar hacia un público más amplio, con el objetivo de difundir los logros de la profesión y prestigiar nuestro trabajo. No se programan actos, ni exposiciones ni conferencias ni nada por el estilo destinadas a un público general, o por lo menos enfocadas hacia un público con conocimientos técnicos. Las relaciones con otros profesionales técnicos son prácticamente inexistentes. Yo no digo que que se rueden reportajes al estilo sensacionalista de Discovery Channel, pero existe el camino intermedio.

Después de todo este tostón, la mayoría os preguntaréis si mi actitud no es demasiado cómoda, porque no hago demasiado por cambiar las cosas. Y seguramente tenéis razón, pero no todo el mundo tiene cualidades para liderar cambios de esta entidad, algunos sólo servimos para reflexionar acerca de ello.

En cuanto al tema de las elecciones, yo soy de los que piensan que hay ocasiones en que para mejorar algo el camino más rápido es comenzar desde cero, y no creo que este organismo se pueda cambiar desde dentro, El Colegio de Caminos de los nuevos tiempos se debería cimentar sobre las cenizas del actual. 

No obstante, y pese a mis reticencias, creo que hay una candidatura (http://www.candidatura-redes.com/) que merece cuanto menos prestarle algo de atención, porque parecen cargados de buenas intenciones.

Por último una reflexión: quizás sería mejor que para gestionar y potenciar el colegio, estuvieran al frente del mismo  profesionales con formación específica y no ingenieros de caminos. Espero vuestras opiniones.

Un saludo.

@El Ingeniero del Futuro.





martes, 20 de marzo de 2012

Los Planes de Estudio en Ingeniería

El domingo, como ya es tradición empezó el campeonato de F1 en Australia (circuito de Alber Park), y empecé el día "con alegría", levantándome a las 6:00 am para ver la primera carrera (previo incluido) de la temporada, menos mal que fue entretenida.

Siempre me ha interesado mucho el mundo del motor, y el trabajo de los ingenieros a pie de pista. Son el perfecto ejemplo de "hiperespecialización", cada uno se ocupa de un área concreta del monoplaza (suspensiones, sistema hidráulico, sistema eléctrico, dirección, motor, etc..). 

Quizás esto sea excesivo, pero también creo que  la formación tan generalista que se imparte en las Escuelas de Caminos tampoco es la adecuada para el trabajo tal y como se configura en la actualidad.

Os voy a contar mi experiencia personal: yo empece a estudiar en la Escuela de Caminos de Valencia, en Octubre de 1.991, con el plan del 82 (creo recordar) que constaba de 6 años, y dónde se elegía especialidad el último año, aunque esto afectaba a muy pocas asignaturas y no era una especialización real.

La primera parte de la carrera (4 años), transcurre entre asignaturas de conocimientos básicos y asignaturas en principio específicas de ingeniería civil, pero cuyos contenidos están desarrollados en la mayoría de los casos de forma demasiado teórica. Durante estos años, esperas y preguntas con ansiedad, cuando vas a aprender a calcular puentes, carreteras, presas y esas cosas que uno espera poder hacer algún día cuando empieza a estudiar esto. La respuesta siempre suele ser que más adelante, que primero tienes que adquirir una "base " suficiente.

Bueno, pues parecía lógico, pero... a mi me pasó una cosa curiosa, no tengo claro si fue algún tipo de abducción, o una crisis de amnesia, pero lo cierto es que de repente, te plantas a mediados del quinto año, y de forma sorprendente, la mayoría de cosas ya las tenías que saber. De verdad, que yo me debí de saltar algún curso.

Y así, después de mucho estudiar, terminas y te das cuenta que estás perfectamente preparado para empezar a estudiar otra vez.

Esto, dicho así, queda muy bien, y la verdad, es interesante porque en una segunda pasada tu aprovechamiento se incrementa exponencialmente, pero de verdad ¿se puede permitir la sociedad impartir este tipo de formación en una carrera técnica?. Mi opinión es que NO, radicalmente no, es una gasto que no se puede permitir la sociedad, para eso están las carreras científicas.

Yo llevo relacionado con el mundo de las cimentaciones especiales desde hace más de 10 años, y cuando empecé en esto, no sabía nada (útil) de anclajes, micropilotes, inyecciones, pantallas y demás. Triste, pero real como la vida misma. Y no hablamos de técnicas revolucionarias, ehh, que ya eran técnicas más que habituales a finales del siglo XX.

La intención de los nuevos planes de estudio era que esto cambiase, pero cuando he leído recientemente opiniones de directores de escuelas y decanos de colegios, me parece que se sigue insistiendo en el mismo modelo, pero maquillado con pinceladas de los nuevos tiempos: que buenos somos y cuantas ecuaciones diferenciales sabemos, y la situación laboral es lamentable, pero podemos calcular una estructura hiperestática con una mano atada a la espalda y con un ojo cerrado... muy útil.

El trabajo de los ingenieros del futuro y del presente, se fundamenta en el trabajo en equipo, la especialización y la formación continua, y esto se potencia muy poco.

Bueno, supongo que cada uno tendrá una opinión al respecto, y con más fundamento que la mía, pero creo que la mayoría estaréis de acuerdo conmigo en que se imparte una formación excesivamente teórica, y que muchos de los profesores están demasiado desconectados de la realidad de la profesión. 

Os dejo el enlace a un artículo de la revista de Obras Públicas, escrito por Edelmiro Rúa, que me ha parecido muy interesante, porque hace un repaso a la fundación de las Escuelas de Caminos en España, y a los primeros planes de estudios.


Espero vuestras opiniones en la encuesta.

Saludos.

viernes, 2 de marzo de 2012

Ingeniería Civil y Responsabilidad Social


Hace unos días pasé por primera vez por el "Nou Pont de Fusta". Para los de fuera de Valencia, es un puente nuevo, que se ha proyectado y ejecutado en el lugar de la antigua pasarela peatonal que comunicaba las dos orillas del antiguo cauce del río Turia, a la altura de las torres de Serrano. Este puente, pretende sustituir al de Serranos cuya construcción en la configuración que hoy conocemos, tiene su origen en el siglo XVI, y que se quiere peatonalizar con el objetivo de preservar su estado.. La verdad es que el diseño me parece interesante, y la construcción ha sido rápida y bien planificada. Os pongo una foto de los últimos días.



Lo malo es que para poder pasar por el nuevo puente, hay que tomárselo muy en serio, y planificar la ruta con más detalle que una etapa del París Dakar, porque lo cierto es que está difícil. Es el perfecto ejemplo de infraestructura que va de ningún sitio a ninguna parte, que lo único que genera es tráfico parásito y no sirve para descongestionar los puntos críticos ya habituales. Y mira que me fastidia decirlo, pero es que se vuelve a repetir el mismo error una y otra vez. Será verdad aquello de que el hombre es el único animal....Ya pasó lo mismo con el Puente de las Artes, otro gran diseño, con una intensidad de tráfico "de risa", como muestra una foto reciente, en una de las horas de mayor intensidad de tráfico.



Todo esto suele venir de una decisión política, en contra de muchas opiniones de técnicos. Pero... eso no nos exime de responsabilidad, no debemos olvidar que si hay una profesión que está directamente conectada con la sociedad es la nuestra, y uno de los campos de actividad más tradicional de los ingenieros civiles, como su nombre indica; es el planeamiento, diseño, construcción y mantenimiento de todo tipo de infraestructuras públicas. Es decir, obras que son pagadas, la mayoría de las veces con dinero público, algo que no debemos olvidar.

En Valencia tenemos muchos ejemplos de obras, en las que la relación coste-utilidad no parece muy adecuada, puentes con un diseño correcto en sitios inadecuados, puentes en el sitio correcto con un diseño lamentable, y hasta inadecuado para su función, y por supuesto, puentes con unos costes de construcción y/o mantenimientos desproporcionados. Y el campeón en esto, es Santiago Calatrava, cuya huida hacia adelante nos ha dejado en la puerta de casa varios ejemplos para no olvidar.

Tiene algunas obras muy acertadas, pero la mayoría no lo son, aunque merecen un comentario aparte más detallado, y además no me parece justo centrarnos sólo en él, sus diseños son los más conocidos, pero no son los únicos despilfarros de dinero público.

Vamos con el "Top Five" de los puentes sobre el Turia para olvidar:


1.- "El puente de la Exposición", más conocido por "el puente que se tortura a torsión", con su espectacular arco decorativo, y su capa de rodadura con tendencia a emprender la huida, y paraíso de suicidas.

2.- "El Puente de las Artes", o como desperdiciar un gran diseño. Si algún día pasas por él, no te preocupes no está cerrado aunque vayas sólo.

3.- "El Puente de L'Assut d'Or", más conocido como "el jamonero", el puente con record de siniestralidad vial.

4.- "El Puente de las Flores", el puente más caro de mantener de Valencia Si por lo menos nos pudiésemos comer la decoración, sería más útil.

5.- "El Nou Pont de Fusta", o dónde está mi puente. Viaje de ningún sitio a ninguna parte.



Y yo me pregunto, si no deberíamos dar un paso al frente, y oponernos con más fuerza a este tipo de obras. Ahora que parece que vuelve la época de los "tecnócratas", creo que tenemos que asumir nuestra responsabilidad. No hay nada más bonito en una obra pública, que cuando se conjuga un diseño eficiente, con una estética agradable y permite a los ciudadanos mejorar su calidad de vida.


@ El Ingeniero del futuro.


Un saludo.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Las Empresas del Futuro


Bonito nombre ¿verdad?, quizá sea un poco ambicioso, pero tengo bastante claro como se configurará el mercado de la construcción en este país los próximos años.
Realmente, creo que sólo es necesario hacer un ejercicio retrospectivo y analizar qué ha ocurrido en otros países de nuestro entorno con anterioridad. Olvidémonos de la tan “famosa” crisis financiera, y miremos hacia adelante, para no perder el tren en los próximos años, cuando el panorama mejore.
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La mayoría de los países de nuestro entorno europeo más cercano (exceptuando Portugal), vivieron unos años de actividad máxima en la construcción de infraestructuras después de la Segunda Guerra Mundial, lo cual era perfectamente lógico, dado el nivel de destrucción que sufrió Europa, pero progresivamente, el mercado se fue reduciendo, hasta alcanzar un cierto nivel de equilibrio, condicionado por el aumento de la población, el mantenimiento de las infraestructuras existentes y la creación de otras nuevas siguiendo el proceso técnico (trenes de alta velocidad, centrales de ciclo combinado, energías renovables, metros, etc..)
En consecuencia, el mercado de construcción tuvo que equilibrar y ajustar sus niveles de producción a la nueva situación, en parte reduciendo su tamaño, y en parte buscando el trabajo fuera. La gran diferencia con lo que nos ha pasado a nosotros, es que este cambio se pudo realizar de forma más progresiva y menos traumática. Y ¿cómo se produjo este cambio?. 

La búsqueda del equilibrio a largo plazo en un mercado maduro, obligó a las empresas a reducir sus  costes fijos medios, y esto se consiguió de dos maneras, por una parte, haciéndose cada vez más grandes para poder afrontar retos mayores en el exterior, y por otra haciéndose cada más pequeñas y especializadas para ganar en competitividad en el mercado interior.

Hasta aquí nada nuevo, pero si nos detenemos un poco más, podremos darnos cuenta que se produjo una tercera "vía", que consistió en en reducir los costes fijos medios no sólo cambiando el tamaño de la empresa, sino también modificando la estructura de la misma lo que favoreció la proliferación de "empresas tecnológicas", es decir, empresas que desarrollan, comercializan y ejecutan una determinada tecnología, bien como subcontratistas o directamente para el cliente final.


Siguiendo este modelo, ¿que pasará en nuestro país?.

Capítulo 1: Las empresas constructoras.

¿Qué empresas funcionaran en este nuevo escenario?.
Sin lugar a dudas, por un lado las grandes corporaciones de construcción (no es necesario dar nombres), que tienen la capacidad de movilizar medios técnicos y humanos para poder hacer una obra en cualquier sitio del mundo, por compleja que sea, cubriendo todo el proceso completo, es decir, proyecto, planificación, construcción, y si es necesario, explotación y financiación. Y por otra lado, las empresas de construcción “pequeñas” y muy especializadas, que empleen medios y tecnología propia.


Además, existen gran cantidad de empresas de “tamaño medio”, de ámbito regional e incluso nacional, que normalmente carecen de un departamento técnico solvente, y de equipos de producción con la suficiente experiencia, que se han convertido en meros “gestores” de obra, y que han crecido a la sombra de “favores políticos”. Su futuro es desaparecer… sí lo siento, no es mi intención fastidiar a nadie, pero ¿que valor añadido aportan estas empresas al mundo de la construcción? muy poco en mi opinión.

Así pues, en el futuro, el mercado estará compartido entre las empresas especializadas, que actuarán como subcontratistas de las grandes constructoras, y a su vez ejecutarán obras directamente cuando el porcentaje de su especialidad sea mayoritario, y las constructoras tradicionales, cuyo futuro es recuperar parte del protagonismo perdido durante los años de la “gran locura”.

De las primeras el mercado está bien servido. En cuanto a las empresas tecnológicas, si bien su número a crecido bastante durante las últimas décadas, no debemos olvidar que muchas de ellas son meros representantes comerciales de tecnologías alemanas y francesas, y muy pocas tienen su origen en tecnología nacional.

¿Con esto que quiero decir?, que durante las próximas décadas, el futuro del mercado nacional de la construcción se debe basar en el desarrollo de nuevas tecnologías (procedimientos de construcción, nuevos materiales, métodos de diseño, etc..), que nos permita ganar en competitividad en el mercado mundial.


@El Ingeniero del Futuro.


Saludos.

jueves, 16 de febrero de 2012

Un Poco de Humor

Hola a todos, desde mi época de becario en Ferrovial, de vez en cuando me acuerdo del “Decálogo de las fases de un proyecto”. Siempre me ha hecho mucha gracia, y es real como la vida misma. Hay varias versiones, pero yo me quedo con esta.

1.- Optimismo general.
2.- Fase de desorientación.
3.- Desconcierto general.
4.- Período de cachondeo incontrolado.
5.- Búsqueda implacable de culpables.
6.- Sálvese quien pueda.
7.- Castigo ejemplar a los inocentes.
8.- Recuperación del optimismo perdido.
9.- Terminación inexplicable del proyecto.
10.- Condecoraciones y premios a los no participantes.



@El Ingeniero del Futuro.


Saludos.

jueves, 9 de febrero de 2012

Una de Cal y una de Arena


Como todo no van a ser malas noticias, os contaré algo distinto. En mi último viaje a Alemania, una visita al Deutches Museum de München, me hizo recordar porque me gustaba tanto la ingeniería civil.

Es un museo de la ciencia y la técnica realmente espectacular, pero lo que más me impresionó fue la sección dedicada a la construcción. Las maquetas que tienen expuestas son increíbles, hasta un tramo de una viga en cajón de un puente tienen metida en la sala.

Os pongo algunas fotos de las maquetas que más me impresionaron.

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Las maquetas están recreadas con mucho detalle, especialmente las referidas a construcciones del pasado, resaltando lo importante que resulta el conocimiento del pasado para afrontar el futuro.

Yo la verdad desconozco si aquí tenemos algo por el estilo. Si alguien conoce alguna colección de ingeniería civil digna de mención en España, que me lo haga saber. Por cierto, que lo más gracioso del tema, es que la sala dedicada a nuestra profesión es una parte muy pequeña del museo, así que podéis imaginar como es el resto de las colecciones.

Antes de terminar, me gustaría destacar algo que reflejan todas las fotos. En ingeniería civil es fundamental el trabajo en equipo, la organización y la planificación. Pero sobre todo, en esta época que nos ha tocado vivir, dónde los cambios se suceden a una velocidad enorme, no olvidemos, que el conocimiento de la historia de nuestra profesión nos permite aprovechar el conocimiento y el trabajo de muchas personas, y evitar repetir errores. Como decía uno de mis mentores en este trabajo, es importante aprender “sin gastar dinero”, de los aciertos de otros, y sobre todo de los errores. Esto parece que no está de moda, pero a mí me apasiona.

Por cierto, aunque puede que no venga al caso, estaría bien que superásemos nuestro tradicional miedo al fracaso, tan común en este país. De los errores y fracasos se aprende tanto o más que de los éxitos, así que me gustaría que alguna publicación técnica de esas de autobombo, publicase alguna vez un artículo, desarrollando algún fracaso “didáctico”.

Os dejo el enlace de la página oficial del museo, por si alguien quiere más información.

http://www.deutsches-museum.de/


@El Ingeniero del Museo.


Saludos.

lunes, 6 de febrero de 2012

El Mercado Laboral


Qué pereza me produce hablar de este tema…. Pero lo cierto es que merece una reflexión. Indudablemente como cualquier otra mercancía o servicio, el mercado laboral se puede interpretar de forma más o menos acertada mediante los principios que se estudian en microeconomía, pero la realidad es que este mercado se aleja mucho de lo que se considera un mercado de concurrencia perfecta.

En estos momentos la oferta de puestos de trabajo (me refiero a los puestos técnicos para los que es necesario un determinado título) es muy reducida, dista mucho de ser transparente, ya que muchos puestos se cubren sin siquiera hacerse públicos, y todavía no ha alcanzado el equilibrio.

Una de las consecuencias de la disminución del número de ofertas es inmediata: la disminución de los sueldos, la mayor competencia por los puestos, etc. Esto es inevitable, y es algo con lo que debemos aprender a convivir los próximos años. El cambio se tiene que producir en nosotros, no en el mercado, y desgraciadamente, los Ingenieros Civiles en España, tenemos mucho retraso con respecto a otras profesiones, que o bien ya sufrieron estas transformación hace muchos años, o bien, ni siquiera vivieron nunca una situación de esplendor con tasas de paro casi testimoniales.

Siento ser tan crudo, pero… ser Ingeniero de Caminos lo único que significa es que has tenido que cursar unos estudios muy duros, y que se te puede presuponer una capacidad de aprendizaje muy grande, pero… nada más, de verdad, el resto hay que demostrarlo.

En nuestra “ pequeña burbuja” pensábamos que éramos distintos a los demás. Veo todos los días comentarios de compañeros, desde la frustración, en los que se insiste una y otra vez en lo mismo, pero por favor, ¿de verdad alguien piensa que el resto de profesionales están peor preparados que nosotros?, pues no, repito no, depende de cada persona, un título no asegura nada, es sólo una etiqueta. ¿Injusto? puede, pero que yo sepa nadie es Ingeniero de Caminos por obligación, ni en la matrícula se incluye un seguro de desempleo. Todo los demás hay que ganárselo.

Hace unos días asistí a un debate en las redes sociales sobre las ofertas de trabajo de sueldos muy bajos. A mí también me indigna, pero.. la empresas maximizan su beneficio, todos lo sabemos, y lo practicamos. Pero hablar de “listas negras” de empresas o cosas por el estilo, cuando hay gente que necesita un empleo de forma desesperada me parece de risa.

Existen dos caminos para solucionar esto, intervenir en la oferta (limitando el acceso a las titulaciones) o dejar que el mercado se regule sólo, que lo hará por supuesto, ya que en los próximos años la afluencia a las escuelas de toda España será menor, seguro.

Quizás la primera opción sea la más razonable, o no, no lo tengo claro, pero eso choca con el concepto de Universidad, que es un sitio dónde se imparten conocimientos, no una agencia de empleo. Ahora bien, es un “lujo tremendo” el dinero que el estado gasta en formar a más profesionales de los necesarios.
Ninguna solución es perfecta, ya que si pones un límite de acceso, como ha existido durante mucho tiempo, yo me pregunto, ¿qué pasa con la gran cantidad de aspirantes que no han conseguido una plaza después de dedicarle varios años al intento?.

En fin, desconozco la mejor solución, pero si tengo claro que o lo solucionamos desde dentro o el mercado lo solucionará, y seguramente de forma más traumática.

Ah, por cierto los Ingenieros de Caminos hace mucho tiempo que dejamos de ser un grupo homogéneo, si alguna vez lo fue, que podía ejercer presión a la manera de un lobby, os recuerdo que estamos integrados en un mercado con libre circulación de profesionales.
Saludos.

@El Ingeniero del Futuro

Saludos.

jueves, 2 de febrero de 2012

El Principio de Todo

 
El otro día fue el cumpleaños de mi hijo mayor, cinco años,.. como pasa el tiempo. Su regalo fue una grúa sobre orugas, con pluma de celosía, de LEGO.
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Ya ha pasado una semana, y todavía no tengo claro si le gustó más a él o a mí, pero desde que la montamos entre los dos, hay varias preguntas que no paran de rondar por mi cabeza:
¿Dónde perdí la ilusión  por este trabajo?
¿Por qué soy ingeniero?
 
Cuando era pequeño y veía una obra, me quedaba embobado mirando las máquinas, y me parecía el trabajo más maravilloso del mundo, cuando tenía cualquier cosa en la mano, no paraba hasta que la desmontaba para saber como funcionaba, eso me parece lo más parecido a una vocación.

Lo peor de esta situación que estamos viviendo, es que está destrozando las vocaciones y las ilusiones de muchos.
 
Estamos viviendo momentos difíciles en el terreno profesional, el mercado está cambiando de forma acelerada, y tenemos dos opciones: seguir mirando al pasado, con añoranza por un tiempo que ya no volverá, o bien mirar hacia el futuro y participar en las transformaciones que está empezando a sufrir nuestra profesión.

En este modesto blog trato de reflexionar sobre el presente de nuestra profesión y anticiparme al futuro.

Más adelante habrá tiempo para hablar de la formación, de los colegios profesionales, de las competencias  y de todo lo que me venga a la cabeza, o que alguien me quiera sugerir.
Saludos.

@El Ingeniero del Futuro

Saludos.