martes, 18 de junio de 2013

Qué Gran Invento los Ordenadores

Una de las primeras personas que conocí al comienzo de mi vida laboral, me contaba sus primeros contactos con los ordenadores cuando empezaron a aparecer por las empresas constructoras. Primero por los departamentos técnicos y poco a poco por las oficinas de obra. Con su habitual gracia, me explicaba que cuando supo lo que era capaz de hacer un ordenador, tenía claro que harían falta muchas menos horas de trabajo para conseguir los mismos resultados y en consecuencia habría muchas más vacaciones para todos. Sin duda no se esperaba lo que estaba por venir.

La realidad es que los ingenieros se convirtieron en administrativos, delineantes y técnicos por el mismo precio, trabajando las mismas horas o más, reduciendo los plazos de entrega hasta lo impensable, y comenzando una loca carrera hacia ninguna parte.

Yo soy de los que siempre he defendido que los avances técnicos deberían habernos posibilitado mejorar nuestra calidad de vida, y en muchos ámbitos así ha sido, disponemos de mejores vacunas, vivimos más años y con mejor calidad, tenemos a nuestra disposición más y mejores alimentos, y productos de consumo. Sin embargo en el ámbito laboral hay algo que falla.

Los ordenadores y las nuevas tecnologías nos han facilitado mucho el trabajo como técnicos, pero no han mejorado nada nuestra calidad de vida. Se trabajan las mismas horas o incluso más, porque permiten poder trabajar a distancia, y el trabajo realizado no siempre es de mejor calidad.

Quizás el problema haya sido nuestro, que no hemos sabido emplear los medios a nuestro alcance de manera adecuada, seguramente por una formación deficiente en este aspecto. Es raro el día que no te llega un correo, con algún fichero de varios megas, que abres con ansiedad, esperando que sea la solución a los grandes problemas de la humanidad, y luego sólo contiene unas pocas líneas de texto, o algún fichero de autocad con innumerable capas antiguas, que se han ido "heredando" de sucesivas versiones del plano y que nadie ha depurado. Nos hemos acostumbrado a la gran velocidad de las comunicaciones y a la bajada de precio exponencial del espacio de almacenamiento, y hemos perdido los buenos hábitos.

Y que decir del e-mail, usado hasta el uso y abuso. Con copia en gran cantidad de correos que no deberías de recibir, que no puedes leer muchas veces, y que sobrecargan tu trabajo de forma innecesaria. Por no hablar del teléfono, ese "invento diabólico", que suena siempre en el momento más inoportuno para alterar tus planes de trabajo con "urgencias" de última hora, siempre al final de la tarde o del viernes.

En fin, creo que deberíamos reflexionar sobre esto.


@ El Ingeniero del Futuro.

Saludos.


lunes, 10 de junio de 2013

La Inflación de Títulos

El otro día, estuve leyendo una oferta de trabajo que decía algo así como:

"Se busca Ingeniero de Caminos con 20 años de experiencia en perforación de túneles en arcillas expansivas, bajo el nivel freático, en terrenos radiactivos, que tenga un nivel alto de inglés, francés, italiano y alemán, que domine programas de modelización mediante elementos finitos con una mano atada a la espalda y un ojo tapado. Se valorará MBA por una escuela de negocios de reconocido prestigio. Disponibilidad para residir en cualquier lugar del mundo, e incluso debajo de un puente si es necesario. Se ofrece un sueldo bruto anual de 25.000 €.... o lo que nos de la gana."

Aunque está un poco adornada, la realidad no era demasiado distinta. Esto me recordó lo que decía Ken Robinson en uno de sus famosas conferencias en TED, cuando hablaba de la Inflación de Títulos.

Esto no es ni más ni menos, que la pérdida de valor de la formación que estamos padeciendo de forma continuada desde hace ya bastantes años, lo que conduce a una continua carrera desesperada por "engordar" los curriculums de forma artificial y sin demasiada coherencia, para poder dar respuesta a ofertas de trabajo dónde se piden muchas veces cosas sin sentido.

En la situación actual, el responsable de selección para una determinada posición de alto nivel, recibe cientos de curriculums, cuando hace algunos años tenía que buscar de forma activa para disponer de un mínimo de candidatos cuyo perfil se asemejase en algo al pedido. Ante esta situación, es normal que en un primer vistazo se descarten muchos por no cumplir "estrictamente" el perfil, quedándose por el camino muchos buenos perfiles. 

Lo que parece más razonable, es que a partir de un determinado nivel de formación y experiencia, se busque más un perfil personal que profesional. Además, parece que los profesionales del sector de la construcción, muchas veces por desconocimiento no son demasiado valorados en otros sectores. Estamos hablando de  profesionales con una capacidad de aprendizaje y adaptación muy amplia, y que seguramente en muy poco tiempo, son capaces de desarrollar trabajos en los que no tienen experiencia previa, con una excelente curva de aprendizaje. Y sin embargo, la triste realidad es que cada vez hay más y más buenos profesionales, con una formación muy por encima de la media, y que están siendo expulsados del mercado laboral.

En fin, esto me temo que no tiene fácil solución, sólo espero que podamos reflexionar un poco.

@ El Ingeniero del Futuro.


Saludos.