domingo, 16 de septiembre de 2012

Recuerdos del Pasado

Esta tarde, he estado corriendo un rato, algo poco original, a juzgar por el tráfico de individuos sudorosos que me he cruzado. Como he sido un poco optimista me he alejado bastante de casa, y a la vuelta he pasado por delante de la Universidad Politécnica de Valencia. Es impresionante, porque el número de edificios ha crecido en los últimos años de forma proporcional al número de titulados en paro. Vaya contradicción.

La verdad, será porque ya me hago mayor, pero siento nostalgia de aquella universidad que conocí en los primeros años de la década de los noventa, con grandes espacios verdes, un poco aislada del resto de la ciudad, habitada por personajes en permanente estado de ansiedad. Ahora se ha convertido en algo parecido a una ciudad dormitorio. Y encima, al otro lado de la calle, la competencia (sí, la universidad de Valencia, para los que no lo sepan) ha plantado su colmena particular, con lo que el efecto se magnifica todavía más.

Y es que entonces, la Universidad de Valencia nos parecía algo místico, habitada por chicas con minifalda que se maquillaban para ir a clase, y encima, tenían la mala costumbre de aprobar los exámenes sin tener que vender su alma al diablo. Al final, será justicia divina o algo por el estilo, pero la inexplicable superioridad con la que algunos se referían a las carreras "de letras" todavía tiene hoy menos sentido, cuando el mercado laboral con su implacable dictadura, está dando un "baño de realidad" a los sufridos poseedores de titulaciones técnicas.

Pero volviendo al tema de la Universidad Politécnica de Valencia, no debemos olvidar que durante muchos años, a modo de inmobiliaria improvisada, se ha dedicado a dilapidar los ingresos obtenidos, en construir un edificio tras otro, a cada cual más espectacular, mientras que los recursos educativos, laboratorios y personal docente, se quedaban anclados en el pasado. Mi sensación es que se han desperdiciado muchos recursos. Esta universidad fue durante una época, una referencia importante en lo que a carreras técnicas se refiere, y  desgraciadamente, entre luchas intestinas, egoísmos profesionales y disputas entre escuelas, se ha convertido en un "fábrica" de titulaciones, colaborando de forma activa, a lo que Ken Robinson denomina "inflación de títulos".

De todas maneras, no me hagáis demasiado caso, seguramente es la nostalgia del que entra de lleno en los cuarenta años.


@El Ingeniero del Futuro.


Saludos.





miércoles, 12 de septiembre de 2012

Ya Estoy de Vuelta

Bueno, pues  después de unas semanas bastante desconectado, ya estoy de vuelta. Realmente no han sido unas vacaciones de verdad, de esas en las que te olvidas de todo, en realidad, han sido unos días de reflexión, de búsqueda de oportunidades.

Y seguramente muchos os estaréis preguntando si he sacado algo en claro después de este tiempo de reflexión. Pues, esto... NO, la verdad es que no. Sigo buscando mi camino y por momentos continúo desorientado. Pero, si tengo claro una cosa, no voy a gastar ni un minuto más de mi tiempo en hablar de la crisis, de sus causas, y de las posibles soluciones, la gota que colma el vaso de mi paciencia, finalmente ha caído. Y ya no hay más.

Creo que hay que destruir todo y volver a empezar desde cero. El sistema no funciona, está corrompido desde la base, y su único objetivo es perpetuarse, a costa de lo que sea, incluso de sus propios integrantes. Y porque creo que una sociedad mejor y más justa es posible, mi propuesta es que comencemos nuestra propia revolución personal.

Yo ya he empezado, y la verdad es que me siento bastante liberado, ya no miro hacia atrás, lamentándome de lo que pudo haber sido y no fue, quiero recuperar el gusto por las pequeñas cosas que me hacen feliz todos los días, me da igual si mi vida está aquí o en la otra parte del mundo, me da igual si diseño puentes o construyo carreteras, si cultivo tomates o fabrico cajas de cartón, pero será lo que me haga feliz, porque el verdadero éxito profesional y personal es hacer lo que a uno le gusta.

Vivimos en una sociedad que nos educa desde pequeños para no poder ser felices, porque siempre estamos buscando, esperando, deseando algo. Una  sociedad mejor se tiene que empezar desde abajo, y los cimientos en este caso son la educación de nuestros hijos, los adultos del mañana.

Os dejo el enlace de una de las charlas de Ken Robinson, creo que merece la pena dedicarle unos minutos.


Para los que no lo conozcan TED organiza de forma periódica charlas sobre diversos temas con un enfoque bastante original.

@ El Ingeniero del Futuro.

Saludos.