Esta carta está dirigida a esos chicos y chicas que ya han decidido que quieren ser Ingenieros/as de Caminos, o mejor Ingenieros/as Civiles, que me gusta más, a los que lo están pensando, e incluso a los que todavía les quedan unos pocos años para tener que decidirlo.
Me refiero a aquellos chicos y chicas que poco a poco, irán apareciendo por las distintas universidades dónde se imparten estos estudios, con cara de despiste, pero con la suficiencia que proporciona el tener toda la vida por delante.
Finalmente, habéis marcado la casilla que corresponde a estos venerados estudios, algunos lo habéis decidido después de una larga meditación, otros los sabíais desde hace mucho, y los hay también que lo habéis decidido en el último momento o simplemente circunstancias ajenas han decidido por vosotros. En cualquiera de los casos, los motivos poco importan, porque ahora tendréis la posibilidad de descubrir si vuestra elección ha sido la adecuada.
Con la autoridad que me proporciona acercarme a los cuarenta, cuando ya hace casi quince años que abandoné la Ilustre Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, me permito daros un consejo, o mejor una recomendación: no perdáis el tiempo, tenéis que estudiar, viajar, vivir, conocer gente, aprender idiomas, pero sobre todo, lo más importante de todo, es que tenéis que descubrir qué es lo que más os gusta, aquello a lo que no os importa dedicarle las veinticuatro horas del día. Puede ser esta carrera o sólo una parte de ella, o puede ser otra, o incluso hasta descubrís que ni siquiera os gusta demasiado estudiar. En cualquier caso,l os mejores son lo que hacen lo que les gusta, sea lo que sea, y esta carrera no es una excepción.
Si durante los próximos años descubrís que no os gusta, no lo dudéis, sea cuando sea, nunca es tarde para cambiar, para perseguir vuestro sueño. El fracaso más grande, es no ser capaz de descubrir lo que a uno más le gusta. Y la peor frustración es no dedicar la vida a lo que te hace más feliz. Recibiréis presiones, de vuestros padres, de vuestros amigos, de la sociedad, pero nada importa, vuestro futuro está en juego, y nadie tiene derecho a opinar.
No os engañaré, son malos tiempos para esta noble profesión, pero por otra parte, también es el momento de las verdaderas vocaciones, de recuperar la ingeniería como servicio a la sociedad, que es y será siempre necesaria.
Durante los próximos años conoceréis a muchos profesores, buenos, malos y regulares, de todos podéis aprender algo. Los habrá que intentarán poneros piedras en el camino, e incluso desanimaros, seguramente pasaréis por muchos momentos de frustración y de desanimo, pero todo ello os ayudará a madurar. Antes de llegar al final del camino, tenéis que descubrir si ésta es vuestra verdadera vocación, todo un reto. El expediente no importa, los años perdidos tampoco, lo que importa es encontrar el camino... Mucha suerte a todos.
@El Ingeniero del Futuro.
Saludos.